CARTA ABIERTA DE ESTUDIANTE POR SITUACIÓN DEL UPE
GENERAL 14:25

CARTA ABIERTA DE ESTUDIANTE POR SITUACIÓN DEL UPE

Diego Silveira, delegado estudiantil del Universitario de Punta del Este, envió a FM Gente una carta abierta en la que reflexiona sobre la situación del instituto y convoca a un debate sobre el futuro de la educación nacional. Hay que “iniciar un nuevo proceso educativo, que lleve la educación a todos los rincones del país; para que todos los jóvenes, sin importar sus realidades socio-económicas, tengan la posibilidad de prepararse para el futuro”, escribió. Lea el texto completo de la carta.

Hace aproximadamente dos meses tomaron estado público una serie de acusaciones entre las autoridades del Universitario de Punta del Este con miembros del gobierno departamental de Maldonado. Casualmente, poco tiempo después, la Institución educativa se encontraba nuevamente en el centro de atención cuando la titular de la cartera de Educación y Cultura del Gobierno Central, hizo pública su intención de no renovar la habilitación para seguir funcionando al UPE, luego de ser asesorada por un dictámen del Consejo Consultivo de Enseñanza Terciaria, dependiente del Ministerio.

Las razones que llevaron al Consejo a tomar esta desición, así como los argumentos jurídicos-académicos esgrimidos por las autoridades del universitario, son por demás conocidos y no hacen a la esencia de esta carta.

Desde un primer momento, los cientos de jóvenes (y no tan jóvenes) que estudiamos allí, así como nuestras familias, nos hicimos eco de esta situación que comenzaba a gestarse lentamente. Contrariamente a esperar pasivamente a que toda esta situación se desencadenara, los estudiantes nos hicimos presentes en el proceso, conformando una mesa de delegados, con participación de todas las carreras del Instituto. Es así que comenzamos a informarnos y a golpearles las puertas a todos los actores involucrados en el proceso en busca de respuestas a nuestra problemática. Amén de ello, fuimos en busca de nuevas voces, reuniéndonos con cada uno de los Representantes de Maldonado en la Cámara de Diputados y con otros actores políticos cercanos al Gobierno, haciéndolos partícipes de esta realidad.

Lo que empezó siendo un rumor, se transformó luego en una preocupación para los estudiantes, hasta llegar a convertirse hoy en un verdadero problema, ya no para cientos de estudiantes, sino que para cientos de familias uruguayas que no ven, en el horizonte cercano ninguna salida. Todo este camino por el que venimos transitando nos ha llevado por diferentes etapas y ninguna de nuestras preocupaciones son infundadas. Por un lado, autoridades ministeriales realizan declaraciones públicas en el sentido del futuro de los estudiantes de una y otra sede del Universitario, dando como un hecho el cierre del mismo cuando nos encontramos en medio de un proceso. Por otro lado, las autoridades del UPE, asumiendo errores del pasado que no fueron saneados en tiempo y forma y de los que no teníamos conocimiento (no nos compete a nosotros determinar si estos errores ameritaban o no una medida como la que se pretende tomar). Por otro lado, la prensa local y nacional, recogiendo diversas posiciones en función de los intereses de cada medio.Por todos los flancos, recibimos información que, en algunos casos se complementa, que en otros casos se contradice y que en todos los casos no nos brindan respuestas a nuestra gran incógnita: ¿QUÉ PASA CON LOS ESTUDIANTES?

Durante años, nuestra sociedad y sobre todo los círculos universitarios han hablado y han levantado sus banderas en nombre de la descentralización. Una descentralización eternamente postergada, que nunca ha pasado de ser un bonito postulado.
No vamos a colocarnos el cartel de ser nosotros las primeras víctimas de un proceso trunco. Víctimas, han sido, son y seguirán siendo los miles de jóvenes que año a año son obligados a dejar sus hogares para viajar hacia la capital, con el sueño de capacitarse para tener un mejor futuro. Víctimas de un sistema que los excluye, que los relega y que, cuando les abre una puerta, ésta los conduce al camino más difícil.
Víctimas, son las miles de familias que ven marchar a sus hijos buscando nuevos horizontes.
Víctima es, en definitiva, el propio país; que no ha podido llevar la educación a todos los jóvenes uruguayos. Y a los que llega, no sabe en definitiva par qué futuro prepararlos. A la luz de los hechos están las pruebas, de que cientos de jóvenes, recién preparados, emigran hacia otros países buscando realidades que les aseguren el porvenir. Lamentablemente, una vez más somos, los estudiantes, víctimas de un proceso que no parece tener solución.

La ausencia de un debate social serio y responsable sobre el futuro de la educación nacional, así como la inoperancia de un sistema político incapaz de mirar por encima de los próximos cinco años, nos conducen a este tipo de situaciones.
¿Hasta cuándo seguiremos mediocrizando y politizando a la educación, en lugar de comprenderla en su totalidad, como una herramienta al servicio de las generaciones futuras. Como un medio para luchar contra la pobreza, contra el quietismo, contra el aislacionismo, contra la ignorancia? ¿Cuando seremos capaces de entender que la educación no puede estar en función de intereses políticos ni del gobierno de turno?
¿Cuándo seremos capaces de pensar en el país de los próximos treinta años, y poner a la educación como el pilar del mismo?

No podemos hoy, anticiparnos a lo que sucederá con el universitario de Punta del Este. Pero cualquiera sea el desenlace, deberá marcar el comienzo de un período de cambios profundos en el sistema educativo.
Replantear los intereses de nuestro País hacia el futuro y tratar de encarar la educación en función de ellos. Pero estaríamos condenados al fracazo, si dejamos un proceso de esta magnitud en manos de técnicos y del propio sistema político. Es necesario un proceso que nazca de las fuerzas vivas, de los propios actores involucrados. Es necesario que los estudiantes nos nucléemos y adoptemos una postura poractiva.

Nada de lo que pase de ahora en más, debe sernos indiferente. Debemos tomar partido en todos los procesos relacionados con el sistema educativo.
No podemos dejar que otros piensen, propongan y decidan por nosotros, sin siquiera consultar lo que pensamos. Plagado está el pasado de experiencias de ese tipo, y hoy hemos comprobado, una vez más, que han fracazado, por no haber contado con nosotros.

Este es un llamamiento a participar, a hacernos escuchar; a iniciar un nuevo proceso educativo, que lleve la educación a todos los rincones del país; para que todos los jóvenes, sin importar sus realidades socio-económicas, tengan la posibilidad de prepararse para el futuro. El desafío es hacer que la descentralización deje de ser un slogan para convertirse en una realidad.

El camino es por demás largo y difícil, pero qué no lo es en la vida. A cada paso nos enfrentaremos a las dificultades, y si no las hay, las desearemos. Porque el esfuerzo necesario para superar las dificultades, es el que nos lleva a poner, al final del camino, el sello de la excelencia.

Ese es hoy, nuestro principal desafío, y ese será nuestro legado para los que están por venir.

Diego Silveira Rega
Delegado estudiantil de la Facultad de Derecho
Universitario de Punta del Este"

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