CARTA DE LA FAMILIA DEL JOVEN ACUSADO DE MATAR A NATALIA MARTINEZ
GENERAL 17:00

CARTA DE LA FAMILIA DEL JOVEN ACUSADO DE MATAR A NATALIA MARTINEZ

A través de un medio prensa y en la página www.UnInocentePresoUnCulpableImpune.com, se ha publicado una carta de la familia de Rodrigo Berges, único acusado en el caso de la jóven Natalia Martínez.-

Domingo 13 de Mayo de 2012
Remitido
Un Inocente Preso, un Culpable Impune
El 7 de junio de 2010 nuestro hijo Rodrigo nos comentó que, como varios de sus amigos, había sido citado telefónicamente para declarar al día siguiente en la Jefatura de Maldonado. La citación se vinculaba con la desaparición y muerte de la joven Natalia Martínez, el 18 de enero de 2007.

Rodrigo no estaba preocupado. Junto a sus amigos cumpliría con ese trámite y, gracias al asueto que le habían concedido en su trabajo, se tomaría el resto del día libre. No quiso que le acompañara un abogado, porque no lo necesitaba, ni que sus padres fueran con él. Se despidió con un beso y se marchó con la tranquilidad de quien se sabe con la conciencia limpia.

Rodrigo no sabía lo que le esperaba. No podía siquiera imaginarlo. Y nosotros, su familia, no podíamos siquiera sospechar que aquel día comenzaría un calvario que no deseamos a nadie, que ha destrozado nuestra vida y que debe terminar.

Tras tres largas horas de interrogatorio policial Rodrigo, que es un joven puro pero fácil de manipular y excesivamente crédulo, y que posee un coeficiente intelectual que está por debajo del que corresponde a su edad, envío un mensaje de texto a su madre en la que advirtió que estaba siendo objeto de todo tipo de maltratos físicos y psicológicos. No hubo más comunicación. A Rodrigo le quitaron el celular luego que enviara ese mensaje.

Alarmados, sus familiares viajamos de inmediato a Maldonado. Al llegar se nos dijo que Rodrigo estaba incomunicado. Al día siguiente se nos indicó que había confesado su participación en la muerte de la joven Natalia Martínez y, tras una reconstrucción irregular de los sucesos, fue procesado con prisión y encarcelado.

Desde entonces, vivimos una pesadilla de la que no logramos despertar. Pero hemos guardado respetuoso silencio. Lo hemos hecho
porque nuestra voz podía ser interpretada como una interferencia al trabajo que deben realizar los tres magistrados que integran el Tribunal de Apelaciones que entiende en el caso, en cuya seriedad confiamos. Son ellos quienes, con un expediente que habla por sí solo, podrán devolver la Justicia a este caso, liberar al inocente que se encuentra injustamente detenido y comenzar a aclarar la muerte de una joven para la que, como padres, también reclamamos Justicia.

¿Pero acaso debemos seguir callando cuando el abogado de la contraparte habla reiteradamente del caso, afirma que nuestro hijo es un homicida y ya anuncia una demanda civil millonaria en dólares contra un joven que nunca ha hecho mal a nadie?

¿Acaso si Rodrigo fuera su hijo usted no entendería que ya se ha falseado lo suficiente la verdad como para que sea hora de poner algunos puntos sobre algunas íes?

¿Usted se callaría si su hijo hubiese sido obligado, con maltratos físicos y psicológicos, a confesar su participación en una muerte? ¿Si se le hubiera desnudado y amenazado en sede policial? ¿Lo haría si malos policías, que ensucian su noble uniforme, le hubieran asegurado a él, como algunos de sus amigos, que los maltratos terminarían con “algunos pocos meses de prisión domiciliaria” para él y “unas estrellitas” para los efectivos a cargo del caso si confesaba el delito? ¿Y si hubiera varios testigos que verificaran esos malos tratos y el juez de Primera Instancia no los hubiera tomado en cuenta?

¿Usted callaría si para arrancarle una confesión los policías actuantes hubieran abusado de la condición descendida en lo intelectual de su hijo? ¿Y si le hubieran llevado durante la reconstrucción del crimen a un lugar que no conocía, para indicarle que allí había arrojado a su presunta víctima? ¿Y si los policías que le maltrataron física y psicológicamente durante el
interrogatorio fueran los únicos que iban con Rodrigo en el auto al momento de la reconstrucción?

¿Callaría usted si de los dos testigos clave de este caso, el único que declaró ver una camioneta (Rodrigo tenía un auto compacto) hubiera aparecido AHOGADO en una cañada, con un golpe en la nuca pero sin una autopsia que estableciera cómo se produjo esa muerte, mientras que el otro lleva años DESPARECIDO?

¿Se callaría si la madre de la joven muerta dijera que su hija luchó por su vida, cuando los dos estudios de ADN realizados demuestran inequívocamente que la piel que aparece bajo las uñas de la infortunada Natalia pertenece a una persona que NO es nuestro hijo?

¿Guardaría silencio si no hubiera una sola prueba de que nuestro hijo estuvo en Piriápolis en la madrugada en que Natalia Martínez desapareció? ¿Si las cámaras del local nocturno donde estaba la joven demostraran que nuestro hijo JAMÁS estuvo en ese baile? ¿Si no hubiera una sola llamada realizada o recibida por nuestro hijo, hacia o desde Piriápolis? ¿Si estuviera documentado, como está, que a las 9 de la mañana del día siguiente a la desaparición de Natalia nuestro hijo llegó, puntual, alegre y tranquilo como siempre, a su lugar de trabajo, sin vestigios de haber pasado la madrugada alcoholizado como se le obligó a declarar?

¿Se quedaría en silencio si se procesara a su hijo por homicidio mientras las pericias no pueden asegurar que Natalia Martínez haya sido asesinada? ¿Callaría cuando llegan a su casa llamados anónimos que afirman que su hijo está siendo acusado por un crimen que todos saben que no cometió? ¿Se quedaría inerte cuando un conocido conductor de radio dice haber recibido testimonios fidedignos de que Rodrigo está pagando por algo que no hizo?

Quienes leen el expediente saben
que nuestro hijo Rodrigo Berges Burgos no es un homicida. Más aún, saben que no tuvo participación alguna en la desaparición y muerte de la joven Natalia Martínez. Esto ha sido expuesto con meridiana claridad en el escrito de apelación presentado por nuestro abogado, el Dr. Jorge Barrera, y refrendado en sendas consultas realizadas a los Catedráticos Grado 5 en Derecho Penal, doctores Miguel Langón y Milton Cairoli, quienes coinciden en la total inocencia de Rodrigo. Invitamos a quienes quieran profundizar en estos documentos ingresar a

www.UnInocentePresoUnCulpableImpune.com

¿Por qué entonces no se busca la verdad? ¿Por qué sólo nosotros, su familia, pedimos que en este caso se haga Justicia?

¿Por qué hay tanto interés en asegurar que el caso “está cerrado”? ¿A qué se le teme tanto? ¿A la verdad?

En honor a la verdad y a la Justicia, que merece Rodrigo y que merece la joven Natalia Martínez, hemos decidido dejar de callar.

Lo que desde hace casi dos años estamos viviendo es un calvario que no deseamos a nadie, pero que ni nuestro hijo ni nosotros merecemos.

¿Se ha puesto a pensar que haría si Rodrigo fuera su hijo? ¿Si tuviera que visitarlo en una cárcel sabiendo, como se sabe, que es inocente?

¿Se ha puesto a pensar que lo que está viviendo nuestra familia lo podría estar viviendo la suya?

Por eso hemos decidido dejar de callar y comenzar a hablar. Porque hay una joven muerta. Porque hay un inocente, que es nuestro querido hijo, que está en prisión por un crimen que no cometió. Y porque hay un culpable impune.

Por todo eso exigimos
La Verdad.

Familia Berges Burgos

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