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“Efectivamente, asumí la defensa de Hernández y de lo que surge de todo el expediente y de la conversación que yo mantuve con él, lo que existe acá, a mi entender, es un incumplimiento de un contrato”, sostuvo Fabra.

Admitió que hubo “un contrato civil que no se cumplió, y nada más que eso; desde el punto de vista de la defensa no existe absolutamente ningún delito, ni de estafa ni de ninguna otra clase”.

El cliente de Fabra, que el propio abogado identificó como Hernández, ofreció en diciembre, a la firma Vidaplan, un vuelo chárter para viajar en junio al mundial de Brasil a ver el partido Uruguay-Inglaterra.

Según la versión de los apoderados del hotel, interpretación avalada por la fiscalía del juzgado en lo Penal de 4º turno de Maldonado, y ratificada por la juez Adriana Morosini, en febrero se intentó recuperar la suma de 29 mil dólares que Hernández había cobrado, y no pudieron ubicarlo.

UNA SOCIEDAD ANÓNIMA
Fabra dijo que su cliente “constituyó una sociedad anónima, junto con otras personas, a efectos de crear una empresa dedicada al comercio y la aviación, el transporte de personas, transporte de cargas y todo lo demás”.

“Esa sociedad anónima se constituyó legalmente, fue inscripta en el registro, en la dirección nacional de Registro, como corresponde a todas las sociedades anónimas, se inscribió en la DGI, en el BPS, en el ministerio de Trabajo y Seguridad Social, cumplió con todos los organismos del Estado como sociedad anónima”, dijo.

Para el defensor, la empresa se fundó cumpliendo todos los requisitos. “Está absolutamente todo legal de acuerdo a la documentación que me fue proporcionada a mí”, confirmó.

Fabra siguió relatando las dificultades que su cliente habría tenido con algunos organismos, en particular, con la Dirección Nacional de Aviación Civil e Infraestructura Aeronáutica, Dinacia, y apuntó que “todas las tramitaciones de este estilo llevan mucho tiempo”.

“El individuo, con el dinero que tenía para comenzar con este emprendimiento, alquiló un avión”, dio fe el abogado, y relató que el avión alquilado tuvo problemas mecánicos, por lo que Hernández fue a hablar con la argentina Sol Líneas Aéreas, con sede en Rosario, Santa Fé, Argentina, fundada en 2006.

MANEJANDO TIEMPOS
Fabra sostuvo que “el tema es que en esa puesta en marcha de la sociedad, (Hernández) ofrece sus servicios (al hotel) pensando, manejando tiempos, y ante la suposición de que el avión estaba pronto el 10 de enero, dijo bueno, ya estaba ofreciendo los servicios”.

“Llegó el 10 de enero y el avión no estaba pronto; tuvo, para poder cumplir el contrato que había firmado, que conversar con una empresa, que es la empresa Sol”, siguió con su versión.

Afirmó que Hernández contrató “a la empresa Sol para que cumpliera ese servicio a Brasil, porque de esa manera él estaba cumpliendo el contrato, ¿no?”.

Lo que Hernández, el cliente de Fabra, no sabía era que la aerolínea Sol no tenía autorizaciones para ingresar a Brasil, un dato que salta con sólo consultar el historial de la compañía en Wikipedia y las frecuencias que cubre desde su fundación.

“Lo que pretendía hacer Hernández era justamente eso, alquilar un avión en Sol, en Sol le dijeron que sí, que estaba todo perfecto, pero dos días antes, recibe la comunicación de Sol de que no era posible porque la autorización para viajar a Brasil ellos no la tenían”, continuó Fabra.

Dijo que “a pesar de que la habían gestionado (la autorización) no la habían logrado todavía a esa fecha, razón por la cual no podían cumplir con él, y él por lo tanto no pudo cumplir con Mantra”.

¿Y LA PLATA?
Fabra respondió finalmente a por qué Hernández no devolvió el dinero cobrado por adelantado al hotel: “El dinero fue invertido justamente para hacer todo este tramiterío ante la Dinacia, pagar en el BPS, en la DGI, los gastos de la sociedad”.

Aseguró que “ninguna de las personas que integraban el directorio de la sociedad anónima (con Hernández) se benefició ni utilizó ese dinero, ni Hernández ni ninguno de los integrantes de la sociedad, nadie se benefició con ese dinero”.

“Ese dinero fue utilizado para la puesta al día, por decirlo de alguna manera, de todas las obligaciones tributarias y demás, para poder estar en condiciones de cumplir el servicio”, dijo, con lo que consolidó que la venta del chárter al Mantra fue anterior a tener una empresa en condiciones de cumplir el servicio.

E intentó reforzar su punto de vista: “Él (Hernández) no devolvió ese dinero antes porque no tenía ni un centésimo en el bolsillo”.

Ante la pregunta de por qué ningún otro miembro de la sociedad anónima había sido procesado junto a Hernández, Fabra respondió: “El tema es que los otros miembros no participaron de esa negociación, no suscribieron el contrato, incluso uno de ellos en diciembre había cedido sus cuotas societarias porque al ver que la empresa no estaba dando dividendos, dijo a mí no me sirve, si tenemos tantos problemas para volar, y tantos problemas para arrancar con la sociedad, yo me bajo, sigan ustedes”.

Diciembre, cuando la empresa no funcionaba según la versión del abogado defensor Fabra, su cliente, Hernández, había ofrecido al hotel Mantra un contrato para realizarle un vuelo chárter a Brasil.

El abogado dijo que su cliente fue consultado, el miércoles 24 de septiembre, si estaba dispuesto a devolver el dinero. “Dijo que sí, por supuesto, que pensaba devolver los 29 mil dólares que había recibido de Vidaplan y además estaba dispuesto a pagar, obviamente con una forma en cuotas por su imposibilidad económica en estos momentos, pagar una cifra de 21 mil dólares más por concepto de multas y daños y perjuicios”.


z.l.