Un joven motonetista que resultó gravemente herido en un siniestro vial en San Carlos, pasó por tres instituciones –dos sanatorios y un hospital- antes de que lo internaran en el CTI de un cuarto centro de salud, el sanatorio Mautone. Christian Pozzi, padre del muchacho lesionado, narró el angustiante periplo que implicó rechazos administrativos y malos tratos. Su hijo tiene graves fracturas y lesiones internas.
El joven Pozzi, trabajador de la construcción con aportes al sistema de salud, chocó en moto contra un auto en la esquina de Alvariza y Aiguá. En primera instancia le diagnosticaron fractura expuesta de fémur y posibles lesiones internas, explicó su padre. Tras el incidente, el muchacho esperó “durante horas”, primero para que le hicieran una tomografía y luego para que lo internaran en un CTI, porque no había tramitado su ingreso al sanatorio de San Carlos, aseguró su padre.
Pozzi explicó que su hijo ingresó inicialmente al sanatorio de San Carlos, donde le ofrecieron los primeros auxilios y solamente le hicieron radiografías porque “no había ambulancia para llevarlo por una tomografía”. “Cuando dios quiso mandaron un Cardiomóvil y lo mandaron al sanatorio Cantegril (en Maldonado)” para hacerle esos estudios. Del Cantegril lo trasladaron al hospital de San Carlos, “donde no quisieron aceptarlo porque no era un paciente para ese nosocomio” porque no había CTI.
Pozzi sostuvo que en el hospital carolino lo trataron “groseramente” y afirmó que un médico, a quien no identificó, su burló y le “tomó el pelo”. “Estaba jugando con la vida de una persona y yo quería pagar lo que fuera para que lo atendieran, pero no había plata con qué pagar”, enfatizó el hombre, notoriamente angustiado. “En el hospital de San Carlos no había CTI y tampoco lo aceptaban en el hospital de Maldonado, porque no había traumatólogo”, agregó.
Durante todo ese periplo, el accidentado sufría apenas tratado con calmantes. Tenía una fractura expuesta de fémur, la cadera “destrozada”, complicaciones en un riñón y un pulmón. “Gracias a dios, lo llevaron al CTI del sanatorio Mautone, donde lo han tratado muy bien”, comentó Pozzi, más tranquilo.
De todos modos, recordó que su hijo es un obrero que tenía sus aportes previsionales y le descontaban de su sueldo para el sistema de salud. Lamentó “la burocracia y la frialdad del médico del hospital” y consideró que “eso no puede pasar en la Salud”.
“Se están robando a la Salud Pública en ASSE y yo hablé bien, quería pagar, y me toman del pelo. No los agarré a patadas porque el perjudicado iba a ser mi hijo. Eso no se puede hacer con una persona. No se hace con un perro”, recriminó. Y reiteró su agradecimiento al Sanatorio Mautone (foto), en cuyo CTI permanece el joven desde las cuatro de esta madrugada.