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Boris Gottesman había sido detenido el domingo 13 de junio en su casa de Punta del Este. El día anterior había sido acusado por una mujer que radicó denuncia en la policía por un hecho de hurto.

Sin embargo, la investigación del caso por parte de la fiscalía a cargo del Dr. Velázquez reveló una trama un tanto diferente y por la que Gottesman terminó formalizado por la presunta comisión de un delito de violación de domicilio agravado, un delito de lesiones personales en concurrencia fuera de la reiteración, con un delito de justicia por mano propia en reiteración real con otro delito de lesiones personales y todos en calidad de autor.

El caso conmovió a la comunidad judía del balneario puesto que los implicados pertenecen a la misma e incluso, entre las medidas cautelares dispuestas en aquel momento por la justicia, figuraba la prohibición de comunicación y acercamiento por parte de Gottesman a las víctimas incluyendo la Sinagoga de la Parada 13 y media.

En la audiencia de este lunes, la fiscalía presentará ante la jueza de 11º turno un acuerdo reparatorio material (Arts. 393 y 394 del N.C.P.P) al que arribaron las partes. En el marco de ese acuerdo, el matrimonio octogenario argentino desiste de la denuncia por el delito de estafa que en su momento radicaron contra el gestor argentino de Aidy Grill.

Por su parte, el formalizado Boris Gottesman Leider ofreció abonar una importante suma en dólares (cuyo monto no ha trascendido hasta el momento), pagadera contado efectivo, en una sola partida, contra la firma del acuerdo.
Asimismo, el acuerdo y la suma a abonar por Gottesman, asesorado por el Dr. Serrón Bon, ofrece solución para los hechos investigados, denunciados por el matrimonio argentino de gestores en cuanto al ingreso a su domicilio y que “habrían violentado profundamente al núcleo familiar, incluyendo a su menor hijo, quien sufrió graves consecuencias psicoemocionales tras el presunto exabrupto cometido” (por el empresario).

También el matrimonio octogenario expresa, por el acuerdo, que el matrimonio de gestores “no cometió ningún hecho de naturaleza delictiva en su contra, y que colaboró activamente en la obtención de la documentación y la vacunación y. por tanto, desisten de la denuncia formulada en fiscalía (2021-168.282 S.G.S.P. 13.059666) y se solicita el archivo de la misma.

Las partes también acordaron la confidencialidad de las cláusulas del acuerdo, “manteniendo las mismas en absoluta discreción”. No obstante, la audiencia en la que se presentará la situación a la jueza y que buscará la homologación, es de carácter público. Allí comparecerá la fiscalía, el empresario Gottesman con el Dr. Serrón Bon y las víctimas junto al Dr. Aldecoa.

El matrimonio de gestores acepta en el documento la suma ofrecida y la forma de pago, así como las “disculpas por los presuntos hechos delictivos que dieran mérito a la formalización de la investigación e imputación de delitos que surgen del expediente judicial” y, además, “desisten todas las partes de cualquier acción civil y de cualquier naturaleza que deriven de estos hechos”.

Por otra parte, “todos los comparecientes se comprometen a restablecer los vínculos con la comunidad y preservar la paz y armonía en la misma, manteniendo el decoro, el respeto y la paz entre todos los comparecientes”.
La homologación del acuerdo por parte de la justicia penal implicará que Gottesman no será condenado ya que la fiscalía no lo acusará y la investigación del caso culminaría con esta audiencia y con las partes satisfechas y sin nada más que reclamarse, en ningún ámbito, entre ellas.

LA HISTORIA
Todo comenzó con el matrimonio de octogenarios judío argentinos, dueños de una propiedad en Punta del Este en la que estaban viviendo de forma permanente desde que comenzó la pandemia. Sin embargo, como tantos otros propietarios extranjeros, no tenían realizado el trámite de residencia y, por tanto, no tenían cédula uruguaya.

Con el avance y el anuncio de que en Uruguay comenzaría el plan de vacunación contra el Covid-19, los octogenarios advirtieron que, al carecer de documento uruguayo, no podrían agendarse por lo que se decidieron a tramitar la residencia, obtener la cédula y poder acceder en algún momento a la inoculación.

Para el trámite contactan a un gestor, de nacionalidad argentina, también integrante de la comunidad judía y residente en el edificio de Aidy Grill. El hombre se encargaría de recopilar toda la documentación necesaria, realizar todo el papeleo, envío de mails, recibir notificaciones y cuanto tuviera que ver con la residencia del matrimonio y la obtención de la cédula.

Los octogenarios le entregaron todos los documentos requeridos y una suma de dinero por el trabajo; sin embargo, luego de esta primera etapa, comenzó a pasar el tiempo y nunca había novedades del trámite. El matrimonio contactaba al gestor y recibía distintas explicaciones sobre las demoras.

Así pasaron meses, el trámite no avanzaba y el matrimonio tampoco obtenía información; en cierto punto comenzaron a sospechar sobre si el gestor realmente había empezado el trámite. Finalmente decidieron pedirle al gestor que les devolviera la documentación, pero eso tampoco se concretaba.

En este punto, Gottesman, que había tomado conocimiento de la situación del matrimonio de paisanos, decidió ayudar a la pareja y tomar cartas en el asunto para hacerse de los documentos. Para eso, el sábado 12 de junio, llegó hasta el edificio de Aidy Grill y preguntó por el gestor en portería y así supo que ni el hombre ni su esposa estaban en el departamento.

No obstante, decidió subir y verificarlo por sí mismo por lo que llegó hasta el piso en que vivía el gestor y su familia y comprobó que la puerta principal estaba sin llave. Gottesman ingresó al departamento y rápidamente encontró la documentación que buscaba ya que se encontraba a la mano. Cuando se disponía a retirarse, apareció un menor de edad desde la zona del dormitorio. Se trataba del hijo del gestor que al escuchar ruidos fue a constatar qué sucedía.

El chico intentó impedir la salida del empresario y, de acuerdo a los hechos presentados por fiscalía, fue agredido físicamente por Gottesman. Tras este incidente, el empresario tomó el ascensor, fue a planta baja y abandonó el edificio en su auto, con los documentos recuperados. En el auto estaba el octogenario a quien había ayudado y Gottesman lo llevó hasta su casa.

Sin embargo, luego de dejar al octogenario, volvió al edificio de Aidy Grill para comprobar si había regresado el gestor, encararlo y exigirle explicaciones sobre la situación de sus amigos y a la vez informarle de que se había llevado los documentos.

En ese momento, el gestor y su esposa regresaron y el hijo, además, contó lo que había sucedido poco antes en el departamento. Eso llevó a una pelea entre Gottesman y el gestor en la que el director de El Novillo Alegre recibió golpes.

La discusión subió de tono y el empresario decidió subir al auto e irse, pero el gestor se puso en frente para impedirle el paso. Entonces, Gottesman igualmente movió el vehículo y “pechó” al gestor con el auto; esto habría sucedido en dos ocasiones y luego el empresario se fue. La esposa del gestor se presentó ante la policía, denunció los hechos y el domingo fue detenido Gottesman en su casa.

Al otro día se realizó el control de detención y el martes 15 fue formalizado y se le impusieron medidas cautelares.