El edil nacionalista Darwin Correa dijo que el diputado Darío Pérez está "haciendo un mamarracho", una "novela de martes y jueves" con sus dudas respecto a la aprobación del proyecto para regular el comercio y producción de cannabis. En opinión del curul, el legislador nacional está usando el tema para negociar apoyos capitalinos en su candidatura a la intendencia de Maldonado.
El curul blanco dijo que Darío Pérez está manejando su condición de diputado clave para que el proyecto de regulación del consumo y venta de marihuana sea aprobado, procurando tener a cambio los apoyos que necesita para ser candidato a suceder al intendente Oscar de los Santos.
En su particular léxico, Correa descargó una andanada de comentarios, interpretaciones y hasta ridiculizaciones de las acciones del diputado oficialista Pérez en las últimas horas, incluyendo una entrevista que otorgó a FM Gente el lunes 8 de julio.
“Mi opinión y la de varios compañeros con los que estuvimos conversando, inclusive gente referente del Frente Amplio en Maldonado, es que está pulseando para conseguir apoyo para la candidatura a intendente en la interna”, opinó Correa.
Agregó que Pérez “sabe que si va al descampado en la interna (para ser intendente), el Yuyo (Pablo) Pérez que es una heladera se lo come en dos panes con el apoyo del flaco (el actual intendente Oscar) de los Santos". De los Santos no puede ser candidato por tercera vez para ese cargo.
El voto del diputado Pérez otorgaría al Frente Amplio la mayoría en la cámara baja para aprobar el proyecto de ley; si Pérez no votara a favor, la bancada oficialista necesitaría votos de la oposición que se adelanta no estarían.
La argumentación de Correa es que Pérez está usando el poder que le da su condición única frente a este proyecto que el presidente José Mujica ha mostrado como insignia de su gobierno dentro y fuera del país, para obtener a cambio la vía libre para sentarse en el sillón de intendente en el próximo período.
NOVELA, MAMARRACHO, YA SABE QUÉ VOTARÁ
Correa dijo que quería “comentar una cosa respecto a lo que ha venido sucediendo, esta novela de martes y jueves, la gran novel de martes y jueves que está haciendo Darío Pérez, el mamarracho que está haciendo”.
“Un día vota, otro día no vota, un día despenaliza, otro día pide otra cosa y no despenaliza; ayer (lunes 8 de julio) cuando Fabián (Sánchez) y (Alexis) Cadimar lo entrevistan era como un diario mojado, no se le entendía nada, porque quería decir algo y no lo decía, y primero mis compañeros, y estaba recontra trancado”, ridiculizó.
Agregó que “yo creo que un diputado como él a esta altura del partido ya debe de saber lo que va a votar”.
“Darío que se deje de embromar, que se haga responsable del cargo que tiene de diputado, hace como 20 años que es diputado, que se haga responsable”, desafió.
BISAGRA, ZAPALLOS, QUE ME LLAME DARÍO
Intepretó que “en esta ley, que realmente es una ley bisagra en lo que va a ser la cultura de los uruguayos, que esté a favor o en contra pero que se decida, porque si no creemos que es una falta de respeto para el pueblo de Maldonado y para el departamento que él representa”.
“Un diputado que está en boca de todos con una manera de titubear que es brutal, en esta ley espero que se decida; todos sabemos que va a terminar votando, no pongo ninguna duda, fírmelo hoy que es 9 de julio que va a terminar votando esta ley”, volvió a juzgar.
Indicó que uno de los caminos que podrían fundamentar su voto a favor es que “sea por disciplina partidaria que es lo que está esperando que se arme: la disciplina partidaria”, en referencia a cuando los legisladores son obligados a votar o no votar algo por entender que esa debe ser una posición del colectivo político que integran ante un determinado tema.
“O por lo que sea termina votando; fírmelo, y si no termina votando él se levanta y vota otro (que ingresa en su lugar); vota con los pies, que es exactamente lo mismo; que de una vez por todas se decida”, dijo en un tono más que desafiante.
Aventuró que “ahora van a llamar (a la radio) cinco o seis zapallos que tienen ahí para ir acomodándose en el carro; que no me conteste ningún zapallo, y a los que van a llamar para contestarme ya les voy diciendo de antemano que son zapallos; ‘ta, se lo digo yo, son zapallos, que me llame Darío”.