El mundo caerá en una recesión global y un estancamiento prolongado a menos que los países industrializados cambien pronto el curso de sus políticas monetarias y fiscales restrictivas, alertó ayer la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (Unctad).
Se agregó que la situación podría llegar a ser peor que la que siguió a la crisis financiera de 2008 y a la pandemia en 2020.
El servicio ONU Noticias divulgó que la edición 2022 del Informe sobre Comercio y Desarrollo expuso el poco efecto de una década de tipos de interés históricamente bajos en los objetivos de inflación y crecimiento, y argumenta que esta vez tampoco lograrán la meta de controlar la inflación sin dar lugar a una recesión.
Las proyecciones de la conferencia son que el aumento de las tasas de interés de este año en Estados Unidos reducirán unos 360.000 millones de dólares los ingresos futuros de los países en desarrollo y perciben la medida como una señal de más problemas por venir.
La publicación añade que todas las regiones resultarán afectadas, con un peor efecto en los países en desarrollo, muchos de los cuales están cerca del incumplimiento de la deuda.
América Latina: recesión y agitación
En América Latina y el Caribe el panorama es gris: el entorno externo supondrá un obstáculo mayúsculo adicional para el crecimiento durante los próximos años, sobre todo en los países más endeudados.
Según la UNCTAD, la región registrará una pronunciada desaceleración, pasando de un 6,6% en 2021 a un 2,6% este año y apenas un 1,1% en 2023.
Argentina, Brasil y México, los motores económicos de la región disminuirán su avance tras el repunte de 2021 que siguió a la contracción generada por la pandemia.
Brasil y México, las economías más grandes, crecerán un 1,8%, con México sin poder llegar a su nivel de 2019.
Rebeca Grynspan señaló que para la mayor parte de las economías latinoamericanas el deterioro de las condiciones financieras mundiales y los cambios en la política económica en los países avanzados afectarán el crecimiento, aumentando la exposición a los embates externos.
El informe señala que si bien los precios internacionales de bienes de la canasta exportadora de la región – como energía, alimentos, fertilizantes y minerales-, subieron unos meses, las alzas fueron de corta duración y presionaron los precios nacionales.
Al igual que para el resto del mundo, la UNCTAD considera que el endurecimiento de la política monetaria en América Latina conlleva el riesgo de una depresión drástica de la demanda interna, lo que pude provocar no sólo una recesión, sino también agitación social.