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D´Ambrosio fue demandado por una deuda de 60.000 dólares con los propietarios de su ex residencia, “Nueve Soles”. Esta mañana, por orden de la jueza de paz de 1er. Turno de Maldonado, Rossana Ortega, un alguacil y policías se presentaron en la casa que Romano le alquila junto a la Laguna del Sauce y secuestraron muebles y obras del pintor.

En ausencia del artista, que se encuentra en Bélgica, fue el propio Gerardo Romano quien debió abrir las puertas de su chacra a las autoridades judiciales. Según supo FM Gente, el argentino se mostró preocupado por la situación y supervisó de principio a fin el procedimiento.

La comitiva llegó sobre las 9:30 de esta mañana a la chacra La Pichonera, un espacio de cinco hectáreas ubicado contra la laguna, donde están las dos residencias de Romano: en una vive el actor la mayor parte del tiempo y la otra es la que alquila a D´Ambrosio.

Romano recordó a los enviados judiciales que también es abogado y quiso interiorizarse sobre el impacto que esta acción judicial podría tener, colateralmente, sobre él o su propiedad. Quedó claro que no tiene nada que ver con el caso e incluso podría ser otra “víctima”, ya que también con él tiene deuda D’Ambrosio.

El pintor y escultor se crió en Uruguay y es célebre por su estilo naturalista y espiritual, por su “arte creativo primitivo”. Tiene entre sus clientes –en su mayoría extranjeros- a la empresaria Laetitia D´Arenberg.

Fue alumno del maestro Clever Lara y desarrolla proyectos artísticos en varios países, fundamentalmente en Bélgica. De hecho, la embajadora de Bélgica en Uruguay, Cristina Funes Noppen, regaló una de sus obras al presidente José Mujica en 2010 para decorar la sala de sesiones de la Torre Ejecutiva.

“Soy muy feliz, porque hago todo lo que quiero. Vivo como quiero y no me privo de nada”, confesó D´Ambrosio a fines del año pasado, cuando mostró “La Pichonera” a la revista Caras y la definió como “su refugio, su lugar en el mundo” sin contar que se la alquilaba a Romano.

Eso fue lo que activó el interés de los propietarios de Nueve Soles, en Punta Ballena, en cobrarse los 60.000 dólares que el artista plástico les quedó debiendo por concepto de alquiler. Como la casa resultó no ser de propiedad de D´Ambrosio, trabaron embargo sobre el mobiliario –traído mayormente de Bali y Europa- y las obras del inquilino.

Bajo la atenta supervisión de Gerardo Romano, los muebles fueron cargados esta mañana y llevados al depósito del rematador Adrián Pallas en Maldonado. Allí quedarán mientras avanza el proceso judicial.

“Hace mucho tiempo que le perdí el miedo a todo en la vida. Por algo estoy donde estoy y voy y vengo donde se me dé la gana. Al único que le tengo un respeto a morir es a Dios. Después no le tengo miedo a nada”, había sentenciado D´Ambrosio hace un tiempo, entrevistado por El Observador.

(fotos: Revista Caras)
mr