Una mujer de nacionalidad brasileña y un individuo apodado “El Comcar” y poseedor de un frondoso prontuario, fueron procesados con prisión en Maldonado. Por despecho, la mujer pagaba fuertes sumas de dinero al sicario para que atormentara a su ex pareja con llamadas telefónicas y mensajes de texto amenazantes, además de haberle ordenado atentar contra su camioneta en dos oportunidades. La engorrosa trama de amor y odio, fue puesta al descubierto por efectivos de la dirección de Investigaciones de la policía de Maldonado.
Todo comenzó en el mes de abril cuando la camioneta Ranger de un comerciante domiciliado en Maldonado fue incendiada en la ciudad de Rivera en forma por demás extraña; algunos testigos señalaron que dos hombres a bordo de una moto negra habían lanzado una especie de bomba contra el vehículo dándose rápidamente a la fuga del lugar.
Mientras el hecho fue denunciado ante la policía de Rivera, el comerciante (divorciado) retornó a Maldonado donde a los pocos días, comenzó a recibir permanentes llamadas telefónicas y mensajes de texto amenazantes, en los que no solo le pedían que se alejara de su novia (una chica de nombre Mónica), sino que le revelaban detalles muy precisos de su vida, sus bienes y su familia.
El comerciante radicó la denuncia correspondiente, pero la investigación se tornó muy difícil, ya que los efectivos de la dirección de Investigaciones de la policía de Maldonado se toparon con un escollo: en el cruzamiento telefónico se pudo detectar que las amenazas surgían siempre de un teléfono celular diferente; luego se descubriría que se enviaban algunos menajes y se realizaban una o dos llamadas y se tiraba el chip para luego utilizar otro diferente, y así sucesivamente.
En el mes de junio, la situación del comerciante se agravó, porque nuevamente atentaron contra su vehículo, estacionado en el garaje de su propia casa en el barrio Biarritz de la ciudad de Maldonado; el hombre incluso, tuvo que se trasladado a un nosocomio presentando síntomas de intoxicación por monóxido de carbono, ya que el humo había ingresado al interior de su casa. Tras este segundo atentado, las llamadas y los mensajes amenazantes continuaron.
La pasada semana, los investigadores de Maldonado decidieron indagar a la novia del hombre (Mónica) y a una brasileña, identificada como M.D.O., de 36 años, que había sido su compañera tiempo atrás y con quien meses antes incluso viajara a Nueva York.
El viernes, con algunos datos más concretos e información del cruzamiento de llamadas telefónicas, se llegó hasta un hombre que reside en una pensión de Maldonado, el que reconoció haber vivido con “El Comcar” un peligroso sujeto de 26 años que, sorpresivamente, había dejado de trabajar y viajó al menos una oportunidad a Rivera, incluso con la brasileña; otros indagados coincidieron con este testimonio que confirmaba a esa altura, el vínculo entre la brasileña y “El Comcar”, Víctor Edgardo Araújo.
UN AMOR CAMBIADO POR OTRO
Este sábado, la policía logró aclarar todo a pesar de que la brasileña, M.D.O. negó cualquier vinculación con los hechos. En las investigaciones se comprobó que esta mujer, dueña de un almacén en el barrio Biarritz de Maldonado, y quien en un hecho muy confuso hace algún tiempo resultó herida de bala en una supuesta rapiña, contrató a “El Comcar” como sicario para que amenazara a su ex pareja si no dejaba a Mónica; Víctor Edgardo Araújo habría recibido entre U$S 200 y U$S 700, además de teléfonos celulares para realizar la tarea, y ese fue dinero suficiente para que dejara de trabajar. Este sujeto reconoce haber realizado las llamadas y enviado los mensajes, pero no haber incendiado el vehículo del comerciante, ni en Rivera ni en Maldonado.
La brasileña y “El Comcar”, fueron procesados en las últimas horas de este sábado por un delito de violencia privada fuera de la reiteración con un delito de incendio. Queda pendiente demostrar si el atentado de Rivera fue autoría de “El Comcar”, mientras por otro lado, se procura saber que fue lo que le ocurrió tiempo atrás a M.D.O. en su comercio del Biarritz, ya que no se descarta que haya sido un ajuste de cuentas por no haber cumplido con algunos de los compromisos asumidos con el sicario o con algún otro individuo de los varios que fueron indagados por este caso. Además queda pendiente aclarar su verdadera identidad ya que no posee documentación legar uruguaya, a excepción de una licencia de conducir.
Todo se desató a partir de la relación del comerciante con la brasileña, a quien durante el viaje de placer a Nueva York, le había prometido “villas y castillas”, para luego retornar a Uruguay, y entablar una firme relación con la joven Mónica.
Redactado: R.A.