Facebook Twitter WhatsApp

El economista Ramón Pampín de la consultora PricewaterhouseCoopers comenzó reconociendo que desde el punto de vista financiero podría tratarse de la peor crisis desde el año 1929 en el siglo pasado, además porque existe una gran incertidumbre respecto a cual será el impacto en el sector “real” (la actividad económica) porque producen un efecto más “rezagado” que los financieros.
Explicó que se pasó de una crisis localizada en determinado segmento, en el mercado de las hipotecas en Estados Unidos que se trasladó a gran parte del sistema financiero de ese país y de otras partes del mundo como en Europa.
El problema hipotecario en Norteamérica surgió en un segmento que otorgaba préstamos para vivienda, “a personas con elevados riesgos crediticios, es decir que tenían una alta probabilidad de no pagar”, lo que además se dio en un contexto de tasas de interés bajas y en el marco “de una tendencia marcadamente alcista en los precios de las viviendas”. Pampín agregó que en medida que esas tasas comenzaron a subir y los precios de las viviendas cayeron, “se comenzó a dar un aumento en la morosidad en el pago de las hipotecas porque las familias no podían pagar esos préstamos que habían tomado”.

DEL EFECTOS FINANCIERO AL REAL
Ramón Pampín explicó que tal situación fue acompañada por un incremento del crédito que incentivó sobre todo el consumo de los hogares estadounidenses, y que ese ciclo se revirtió afectando el consumo que en Estados Unidos es muy importante por su incidencia no solo local sino internacional.
“Lo que sucede con las exportaciones, con el consumo, con las inversiones, son hechos que suceden con un mayor rezago; sin embargo algo ya se está viendo y todo apunta a que buena parte de la economía mundial está o estaría entrando en fuertes procesos de desaceleración económica e incluso recesión económica”, acotó.
Explicó que en el caso de la economía “real”, los principales afectados son Estados Unidos, Europa y Japón entre las regiones más desarrolladas, que se encuentran en el límite entre la desaceleración (un crecimiento muy bajo) y la recesión (crecimiento negativo). En el caso de China, país determinante en la fijación de precios de algunas materias primas, dijo que no está en la misma situación, pero podría ingresar en una fuerte desaceleración. “Estaba creciendo el año pasado a cifras casi del 12% y las proyecciones para este año son de un 9%”, dijo.

LA SITUACIÓN DE LA ECONOMIA URUGUAYA
Respecto a la economía uruguaya frente a este contexto internacional, el economista Ramón Pampín, explicó que “desde su cara real en cuanto a la actividad, aún no se logra determinar el grado de profundidad de la misma”, aunque reconoció que “es notorio que va a existir un menor crecimiento mundial, y cuanto menos sea ese crecimiento mundial y cuanto dure ese periodo de menor crecimiento, es algo que no tenemos todavía muy claro”.
El panorama definitivamente no es alentador para una economía tan dependiente como la uruguaya.
“Desde el punto de vista financiero enfrentamos y enfrentaremos seguramente una restricción y dificultades de acceso al crédito externo, y seguramente un precio mayor por el crédito que los inversores extranjeros estén dispuestos a tomar de Uruguay”.
En cuanto a la economía real, subrayó que la demanda externa va a ser menor, y eso ya se está visualizando con una reducción de las exportaciones de julio y setiembre. Tendencia que se mantendrá para el último trimestre del año, y anticipó que la colocación de materias primas se reducirá, “es un dato que no es alentador para los exportadores uruguayos y esto lo estamos viendo en las noticias de los últimos días”, por ejemplo con el envío de centenares de trabajadores de distintas industrias al seguro por desempleo.
Respecto a la suba que está registrando el dólar en nuestro país desde hace algunas semanas, Pampín afirmó que es consecuencia de los movimientos financieros que se registran y que se trasladan en forma inmediata entre los diferentes países, “es la característica de los sistemas financieros en detrimento de los reales; los reales son movimientos más rezagados y los financieros son automáticos por la forma que tienen de funcionar”.
Agregó que en momentos de mucha inquietud, los inversionistas buscan salir de inversiones que consideran riesgosas y buscan justamente “refugios en activos que consideran más seguros, que son por ejemplo los Bonos del Tesoro de Estados Unidos”, lo que provoca una mayor demanda de dólares, “lo cual hace subir el precio del dólar en todos nuestros países, por eso se ve la paridad con prácticamente cualquier moneda”.

EL IMPACTO EN EL SECTOR TURISTICO
En relación al impacto que toda esta situación pude tener sobre el sector turístico, donde ya se percibe un enlentecimiento de las ventas de propiedades y en los alquileres, Ramón Pampín, explicó que pude depender básicamente con lo que ocurra en Brasil y Argentina. “Nosotros si vemos lo que son los flujos de servicios de turismo que ofrece Uruguay a los turistas de la región podemos ver que tenemos que pararnos en determinadas variables. Unas son las variable vinculadas a las actividades de esos turistas, porque en medida que a nuestro vecinos les vaya bien, deciden tomar servicios turísticos en Uruguay”. Consideró que Argentina está sufriendo una desaceleración muy importante y que hay cierta incomodidad por lo que pueda ocurrir en los próximos meses. Pero además incide lo que pueden ser los precios relativos, “ahí estamos viendo que en real está subiendo mucho en Brasil, más de lo que está subiendo en Uruguay, y eso nos posiciona en una diferencial competitivo en contra, y también veamos que las decisiones en turismo que toman los argentinos respecto a ir a Uruguay y a brasil, en la medida que el tipo de cambio en Brasil aumente, eso también no jugará a favor de tomar servicios de turismo en Uruguay y en Punta del Este específicamente”, por lo cual el sector debería estar en alerta.

La entrevista completa con el Ramón Pampín (de PricewaterhouseCoopers), en REVISTA INFORMADA.

Redactado: R.A.