La Justicia investiga si existe responsabilidad médica en la muerte de un hombre que fue dado de alta con diagnóstico de eventual cólico hepático y al día siguiente volvió a ingresar al Hospital de Maldonado, ya fallecido, con paro cardiorrespiratorio producto de un infarto intestinal. En la historia clínica no hay registros de su alta ni está consignado cuáles fueron las acciones médicas que se tomaron luego de la asistencia inicial en emergencia.
La esposa y los hijos del hombre fallecido demandaron al Hospital de Maldonado por presunta mala praxis. Recientemente se celebró la audiencia en la que declararon varios médicos que tuvieron algún tipo de participación en el caso.
La causa comenzó en el 2020, cuando un paciente ingresó al hospital a consultar por un fuerte dolor abdominal. Según el protocolo que tiene establecido ASSE, una médica hizo la primera valoración y lo derivó a emergencias. Una vez allí, la segunda profesional que lo asistió declaró en la audiencia a la que tuvo acceso FM GENTE, que le indicó medicamentos de primera línea y análisis de sangre.
El último estudio solicitado por esa doctora fue una ecografía de abdomen cuyos resultados arrojaron que tenía “una marcada inflamación de las asas intestinales a nivel de todo el abdomen”.
Como el paciente persistió con el dolor, esa doctora le indicó una medicación más fuerte y posteriormente lo derivó a un área de observación cuya encargada no dejó constancia en la historia clínica de los actos médicos que realizó.
“Lo derivé al área de boxes para que tuviera un seguimiento más continuo. (El paciente) quedó a cargo de mi colega, quien debía completar la valoración y evaluar la ecografía”, declaró la doctora.
El abogado demandante preguntó a la testigo si “una persona con dolor abdominal agudo, vómitos biliares, una ecografía que marca una distención abdominal donde su analgesia escaló teniendo que recibir más medicación ¿puede ser dada de alta si persiste el dolor, a pesar de esa escalada?”.
La doctora respondió que “todo dependía de la evolución del paciente y de las características de ese dolor”, y añadió: “pero no, hasta que el paciente no se encuentra aliviado o haya mejorado la sintomatología previa, lo pertinente es continuar con la valoración del paciente”.
La persona que otorga el alta debe cerrar la historia clínica en el sistema informático y fundamentar por qué lo hace. Sin embargo, según los testigos que declararon en esta audiencia, la doctora que asistió posteriormente al hombre, le dio el alta y no registró lo realizado en la historia clínica, que permaneció abierta y fue cerrada administrativamente a la mañana siguiente, cuando los familiares regresaron al hospital con el paciente que estaba sufriendo un paro cardiorrespiratorio.
Sobre esa situación declaró la doctora que lo asistió en ese momento y le realizó maniobras de reanimación. Señaló que inmediatamente pidió una autopsia clínica “previendo” que la familia podría reclamar al respecto.
“La familia llegó muy alterada. Uno de los hijos se puso muy agresivo conmigo, empezó a golpear cosas... Alegaban que el padre había consultado el día anterior”, declaró, y añadió: “caótico cómo llegó la familia, lo violento que estaban”.
La autopsia arrojó que el hombre sufrió un infarto intestinal. “Parte del intestino deja de funcionar, se muere esa zona del organismo y allí comienza un sistema de fallas”, explicó la doctora.
El síntoma predominante en un infarto intestinal es el dolor abdominal “que no calma a pesar de la analgesia administrada”, indicó.
El examen también arrojó que el hombre “tenía un cáncer de colon, diagnosticado en la misma autopsia”, declaró la testigo, y añadió que la familia no estaba al tanto de esta situación.
Se desconoce si ASSE inició una investigación administrativa sobre esta causa, pero se tomó conocimiento en la audiencia de que la dirección de emergencias solicitó a la doctora que asistió al paciente, y no dejó constancia de ello, que escribiera un descargo al respecto.
Por Paola Díaz