El gran jugador floridense, Atilio Ancheta, campeón del fútbol uruguayo y del mundo con Nacional de Montevideo y Gremio de Porto Alegre, radicado desde hace 52 años en tierras norteñas, se convirtió en semifinalista La Voz de Brasil. Su estilo romántico de decir las canciones dista del pasado épico en las canchas de fútbol, en un momento dorado del balompié tricolor. Desde Brasil reclamó en FM GENTE que los jugadores tengan una jubilación.
Fue campeón uruguayo en 1969, 1970 y 1971, obtuvo el título de la Copa Libertadores de América en 1971 para luego pasar al Gremio de Porto Alegre donde continuó cosechando títulos y lauros, como Bola de Ouro en 1973 al mejor futbolista de la temporada. Nada menos que en el país del carnaval carioca en donde parecen brotar como hongos los excepcionales jugadores de fútbol al mundo. Y Nacional de Montevideo fue la institución que eligió para el retiro cuando corría el año 1982.
Por la década del 70 estaban aún los ecos de Manga, Emilio Cococho Álvarez, y Atilio Ancheta llegado del San Lorenzo de la ciudad de Florida, tiempos de Luis "Peta" Ubiña y Juan Martín Mujica, de Masnik del propio Julio Montero Castillos, Cacho Blanco, Cascarilla Morales, Esparrago, el artillero Artime, Cubilla, el chileno Nacho Prieto, entre tantos brillantes futbolistas cuando en las radios se escuchaba a Solé y Heber Pinto, entre otros grandes del relato uruguayo.
Pero la vida fue pasando y Atilio Ancheta no dejó de ser un ídolo. Siguió su cultivo personal y apareció el talento en su voz. Por tal motivo se convirtió en "La Voz de Brasil" cuando pisa los 74 años de edad.
Siempre fue atraído por el canto y los responsables para su presentación al concurso fueron sus hijos. Llegaron los trámites, la inscripción y luego Atilio Ancheta tomó su responsabilidad para llegar al escenario.
Destacó el cariño del público y desde hace un tiempo tiene sus propios seguidores.
Aseguró, que está muy activo en su nueva modalidad de presentación, ahora en la música y mediante las aplicaciones de teléfono, su voz con un estilo profundo y algo grave llena de emociones románticas a miles o millones de brasileños. Cuando hizo su primera presentación "fue un estruendo por el mundo, dado que me llegaron saludos de todas partes del mundo, donde también los compatriotas parecen seguirme", indicó.
Atilio Ancheta, una leyenda charrúa, considerado uno de los mejores zagueros del mundo en México 1970, era un desconocido en esta materia para la producción de La Voz de Brasil. Pero inmediatamente pesquisaron y se dieron cuenta que estaban frente a un ex futbolista que ahora transitaba por el mundo de las melodías. "Me hicieron sentir muy en casa por todos quienes trabajan en la O Globo", expresó.
Su Florida natal, el propio Maldonado y Montevideo son parte inmensa de su vida, pero también el propio Brasil, en donde la pandemia de alguna forma lo alejó de Uruguay en todo este tiempo. Señaló en FM GENTE que cuando se enfrentan las clásicas camisetas de Uruguay y Brasil, él desea que triunfe el mejor en ese momento dentro de la cancha porque tiene a ambos países en el mismo nivel.
Ancheta no se alejó totalmente del fútbol dado que aporta a las nuevas generaciones de Gremio desde su experiencia, sugiriendo posicionamientos en cancha, formas de cabecear y estilos que poco a poco se van notando, indicó.
Nunca deja de estar atento a las radios uruguayas y estimó que seguimos como un país exportador de futbolistas. En cuanto a la selección charrúa, indicó que parecen acercarse tiempos de renovación.
Para Ancheta no se puede perder la esencia del fútbol: la velocidad con la pelota, el dribling, el uno contra uno y se trata de lo más bonito del fútbol, jugando siempre para delante. No todo tiene que ser toque y en cierto modo hay que valorizar el dribling, es mi punto de vista, dijo.
En cuanto al mundo de hoy y el vínculo de los futbolistas con el dinero, dijo: "para mí es una felicidad que los jugadores estén ganando mucho dinero, yo creo que se merecen".
"Antes fue muy complicado, en el pasado se pasó hambre en ocasiones y nos ayudaron los amigos", recordó. Entre los amigos, recordó a Avelino, dirigente de Nacional que tenía un bar en avenida 8 de Octubre y Jaime Cibils, mencionó. "Fue nuestro segundo padre", dijo.
Agradeció, que en los tiempos actuales "los gurises cuando ingresan al Club ya tienen todo: alimentación, un lugar donde dormir bien, vestimenta, equipamientos y antiguamente no era así". "Cuando salí como el mejor zaguero del mundo tras México 1970 me pagaron 2.200 dólares por todo el campeonato y una medallita de plata que aún guardo", agregó.
Muy distinto al tiempo de hoy. Mencionó que cuando llegó a la ciudad de Porto Alegre percibía unos 1.500 dólares, lo mismo que un médico. "Solo que tenemos unos diez años en aquellos tiempos y un médico toda la vida", afirmó. Consideró, que los futbolistas deberían tener una jubilación porque la vida tiene muchas vueltas y en ocasiones tiene sinsabores.
Atilio Ancheta, sigue siendo un grande por fuera del perímetro de la cancha y ahora copa los escenarios de la música, nada menos que en Brasil.