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“Los niveles de consumo de los uruguayos son consecuencia de que la economía del país ha estado creciendo significativamente por prácticamente una década”, contestó a una consulta de FM Gente.

Agregó que “cuando a la salida de la crisis de 2002-2003 tuvimos que apretarnos el cinturón de manera sensible durante muchos años, el consumo doméstico en el Uruguay creció por debajo de lo que crecía el producto”.

“En los últimos tres años eso se ha revertido un poco, pero dentro de parámetros y niveles absolutamente razonables y esperables”, completó.

La economía creció en la última década a tasas de 6% y 7% anuales, muy por encima del histórico, y actualmente crece a poco más de 3% anual. Parte del empuje de ese crecimiento fue impuesto facilitando el incremento del consumo doméstico, el que sostenía la expansión económica.

Actualmente la demanda interna se encuentra en casi la mitad del nivel que tenía hasta hace tres años, pero no preocupa al gobierno porque la economía en su conjunto cayó en el mismo nivel. Sin embargo, esa caída dice que los uruguayos están gastando, comprando, y consumiendo la mitad o menos que hace dos o tres años.

DEMANDA FIRME

Bergara, sin embargo, tiene otra interpretación, a tres meses de las elecciones nacionales: “Los uruguayos hoy demandamos de manera más firme, consumimos más porque los hogares uruguayos han acumulado aumentos de ingresos por las distintas fuentes de rentas, salariales, pasividades, rentas empresariales, intereses, venta de activos, que permiten hoy financiar genuinamente un proceso de mayor demanda, de mayor consumo”.

“Obviamente eso sumado a las presiones externas que tenemos en materia inflacionaria, debido sobre todo a la depreciación del tipo de cambio, es decir, al fortalecimiento del dólar a nivel global fruto del cambio de la política monetaria en los Estados Unidos”, se sinceró.

Aseguró que también influye el “hecho de que a nivel doméstico nuestra economía está llegando a plena utilización de las capacidades productivas, eso genera una constelación de factores de mucha demanda, y oferta llegando a sus límites, que van en la dirección de generar presiones al alza de los precios”. Las cámaras empresariales han dicho lo contrario en los últimos tiempos.

“Combatir la inflación en este contexto es más complicado, pero se hace con política monetaria contractiva tratando de afectar las condiciones crediticias, aunque decíamos que el impacto es limitado porque la parte importante del consumo en Uruguay hoy no se está financiando con crédito, no está habiendo un aumento significativo del crédito”, completó.

La inflación de Uruguay es la tercera más elevada de la región, detrás de Venezuela y Argentina.

ENDEUDAMIENTO NORMAL

Bergara negó que exista un mayor endeudamiento de las familias para sostener su consumo. “No, eso no es así, obviamente estamos hablando a nivel agregado; a nivel de cada familia podrá haber diversas situaciones”, exceptuó.

“El nivel de crédito en el Uruguay está relativamente bajo, está en órdenes del 25% del producto bruto, lo cual es un indicador bajo en cualquier comparativo internacional, y lo que es el financiamiento del consumo, el crédito al consumo, está órdenes del 7% del PIB, es aproximadamente equivalente al 10% del consumo” total, opinó.

Afirmó que “el grueso del consumo se está financiando de manera más genuina con la acumulación de ingresos de los hogares que ha aumentado sensiblemente en los últimos 10 años”, un pilar en el que se basó el gobierno para empujar el crecimiento económico.

“A nivel macroeconómico esto no pretende reflejar la situación individual de nadie, ni familiar de nadie, cada uno en ese sentido podrá tener diversas situaciones, pero nosotros no estamos percibiendo un boom de endeudamiento, una conducta inadecuada, imprudente de los uruguayos, en absoluto”, completó.

En síntesis, el ministro dijo que ese posible mayor endeudamiento de las familias para sostener su nivel de consumo no aparece en los radares de la macroeconomía, y por eso el gobierno está tranquilo porque piensa que no debe ser muy dramático lo que le pueda estar pasando a algunos votantes, no a todos.

Bergara quitó entidad al impacto que pueda tener que Argentina vuelva a entrar en un default (incumplimiento) con su deuda pública, ya sea este real o técnico, sobre la economía de Uruguay.

“Nosotros siempre tenemos que mirar con atención lo que sucede en Argentina porque por más que la exposición de la economía uruguaya a lo que suceda en Argentina se ha reducido muchísimo, de todas maneras puede haber algunos sectores que se afecten en función de lo que pasa en Argentina”, cerró, abriendo espacio a una preocupación moderada.




Producción: Fabián Sánchez