El director de la institución, Valentín Trujillo, dialogó este jueves en la Primera Página de la Revista de FM Gente sobre las actividades y los desafíos que lleva adelante la Biblioteca. Fue fundada en el mes de mayo 1816 por el presbítero Dámaso Antonio Larrañaga. “La Biblioteca Nacional es 14 años más antigua que el propio país”, destacó.
Trujillo expresó que la Biblioteca tenía una gran deuda con el país y para que pudiera ser calificada de carácter nacional, es decir que tuviera llegada con todos los departamentos, debía generar acciones concretas. “Son todos los uruguayos con el pago de sus impuestos los que financian nuestro presupuesto”, dijo.
La página web existía, pero según su director necesitaba mayor difusión. En el mes de marzo del 2020 comenzaron a aplicar un plan de digitalización. El director explicó que la pandemia permitió potenciar la cantidad de usuarios.
Trujillo se desempeñó en la Dirección de Cultura de Maldonado entre los años 2015 y 2020 y es oriundo de Maldonado. Dada su condición de fernandino, invitó a visitar la web de la Biblioteca y buscar el diario El Conciliador, de fines del siglo XIX para conocer lo que sucedía en el departamento en ese entonces.
La Biblioteca Nacional cuenta con 13 secciones distintas, una de ellas se llama “Materiales Especiales” donde los lectores pueden encontrar una biblia alemana de Johannes Gutenberg, una edición muy antigua del Quijote de 1605; el libro más antiguo es un cantoral gregoriano medieval del siglo XIII escrito en latín y de pergamino.
Según indicó, la institución cuenta con una herencia de libros muy importantes del clérigo José Manuel Pérez Castellanos.
Además de esta sección, la institución cuenta con una llamada “Archivo Literario” con objetos personales de la mayor parte de los intelectuales de la historia de Uruguay y una colección de pinturas y esculturas. También se encuentra el vestido de bodas de seda de la escritora uruguaya Delmira Agustini, una trenza de pelo de Juana de Ibarbourou, la jeringa con la que el poeta Julio Herrera y Reisig se inyectaba morfina, un catalejo utilizado por Eduardo Acevedo Díaz en la revolución del 97, los cuadernos manuscritos de Idea Vilariño que le escribía a Onetti, entre otros objetos de la historia uruguaya.
Foto: Biblioteca Nacional