La polarización dentro del Frente Amplio sobre temas coyunturales es, para los blancos, una de las claves del buen papel electoral de la fuerza de gobierno. Por eso, al analizar este fin de semana sus estrategias para el futuro, consideraron conveniente recuperar “los matices” perdidos cuando todos se alinearon con Luis Alberto Lacalle tras las internas. Eso e impulsar a dirigentes “con ganas” en lugar de intentar anularlos, señaló el edil Federico Casaretto a FM Gente.
Integrantes del directorio del Partido Nacional, representantes, ediles, alcaldes y concejales y dirigentes de todo el departamento de Maldonado evaluaron el sábado la gestión de esa colectividad en las últimas elecciones.
“Autocrítica no es una mala palabra, si se hace en un ámbito de respeto, cordialidad y de objetivo común. Si el objetivo es la fagocitosis, destruir compañeros y pegar un portazo, eso no aporta. Pero si tanto quien critica como quien es criticado buscan lograr un posicionamiento, puede dar frutos”, consideró Casaretto.
El edil aclaró que se buscó un análisis profundo, de corte nacional, por lo cual los miembros del directorio estuvieron tres horas sentados, escuchando y escribiendo. “Todo el mundo dijo lo que quiso decir, se expusieron lineamientos básicos para que el directorio pueda analizar qué le pasó al partido”, resumió. “El partido tiene que modernizarse y renovarse. Tiene que volver a llegarle a la gente”, agregó.
MIRANDO A LA IZQUIERDA
Dijo que evaluaron como “un error” el haberse alineado tras Lacalle cuando le ganó a Larrañaga en las internas, anulando de esa forma una polarización que hubiera favorecido la llegada del partido al electorado.
Reconocieron, asimismo, la estrategia de la fuerza de gobierno, que que mantuvo el enfrentamiento que José Mujica y Danilo Astori mostraron cuando pujaban por la candidatura a la Presidencia de la República. Al analizar estrategias para las futuras elecciones, buena parte concluyó que los enfrentamientos internos son necesarios para “llegar a la gente”.
“El otro día se hablaba que cuando el partido tuvo la gama abierta fue cuando mejor votó. Cuando había un Lacalle con una propuesta más neoliberal y un Carlos Julio (Pereira) con una propuesta más de centro – izquierda que competían dentro del partido, fue cuando el PN ganó la presidencia. Con un Wilson (Ferreira) muerto un año antes”, remarcó Casaretto. Añadió que lo mismo pasó en Maldonado cuando Enrique Antía, Ricardo Alcorta y Ambrosio Rodríguez presentaban propuestas bien definidas dentro del partido.
“Cuando pasamos a eso de licuarnos, de ser todo lo mismo, de que nadie sobresalga ni diga algo distinto, siguiendo el libreto, entramos en problemas. ¿Qué es lo que ha hecho para llegar a este gobierno, teniendo partidos y posiciones totalmente distintas?”, reflexionó.
“Abrir el abanico y tener un partido con distintas vertientes es lo que le permite al gobierno tener hoy un caudal de votos que le da tranquilidad. Entonces, ¿por qué nosotros tenemos que ser un partido de las unanimidades y los verticalismos? ¿De los cementerios y de los cuarteles donde se dice una cosa y nadie se aparta de eso?.”
En su opinión, si el partido recupera sus matices tendrá en la gama social la captación de distintas vertientes. Recordó que el PN fue el único que tuvo una elección interna, que exhibió públicamente sus matices y sus carriles –polarizados por Larrañaga y Lacalle-, hasta que el resultado obligó a que “el que gana, gana y el que pierde acompaña”.