El senador del Partido Nacional Sergio Botana defendió en las últimas horas la decisión de las estaciones de nafta de Maldonado, agrupadas en VECOMA, de no aceptar tarjetas de crédito ni de débito a partir del pasado lunes.
Los estacioneros son “rehenes de las tarjetas, que les cobran la comisión que quieren porque están obligados a darle al cliente la opción de pagar por vía electrónica o efectivo”, sostuvo.
A diferencia de otros rubros donde los comercios y servicios pueden subir su precio final al consumidor, en el caso de los combustibles está fijado por el gobierno, por lo que no pueden recuperar lo perdido, dijo y recordó que el pasado diciembre él mismo presentó un proyecto de ley para topear los aranceles que cobran las tarjetas en 0,4% las de débito y 1,5% para las de crédito.
A su juicio, “es necesaria la regulación”, ya que las tarjetas ganan “casi lo mismo”, que los estacioneros por permitir el uso de una plataforma electrónica dijo a Telemundo 12 reproducido por Correo de Punta del Este.
Botana recordó que la medida era razonable y la iban a aplicar en diciembre.
“Les mostramos el proyecto de ley que tenemos y otros ocho proyectos para bajar el precio de los combustibles y depusieron la medida. Por eso y por una actitud patriótica de no perjudicar al país que necesitaba del turismo”, acotó.
A su juicio, “es necesaria la regulación”, ya que las tarjetas ganan “casi lo mismo”, que los estacioneros por permitir el uso de una plataforma electrónica,
El senador nacionalista también recordó que los estacioneros no son los únicos que se ven afectados por los aranceles cobrados por las entidades bancarias.
Explicó que “esta realidad afecta a muchos otros sectores” en los que el margen de ganancia de las tarjetas es más amplio, como por ejemplo la gastronomía, hotelería y vestimenta, para quienes también aplica su proyecto de ley.
Como informó FM GENTE el 15 o 16 de abril la Unión Nacional de Vendedores de Nafta del Uruguay (UNVENU) tendrá una asamblea para fijar posición.
El presidente del gremio Daniel Añón aceptó que es real que los propietarios de las estaciones cada vez ganan menos y que hay diferencias entre la costa y el resto del interior del país.
En la zona turística el 80% de las ventas son con “plástico” y el 20 restante contado, mientras que en otros departamentos los porcentajes son exactamente al revés.