Dos jóvenes fueron detenidos por carnear dos cerdos en forma clandestina, en un establecimiento rural cercano a la ciudad de Aiguá. Uno fue preso y el otro deberá permanecer en su domicilio, porque es menor de edad.
Un productor rural de Aiguá llamó por teléfono a la Seccional 8ª de policía para denunciar el robo de dos chanchos. Dijo que en la madrugada habían entrado a su establecimiento, eligieron los dos chanchos, los faenaron allí mismo, y se los llevaron.
De inmediato la policía de Aiguá estableció controles en todos los accesos a la ciudad. En uno de esos controles notaron una moto que circulaba sin luces encendidas. Viajaban en ella dos hombres jóvenes.
Cuando iban a interceptarles el paso, los dos hombres realizaron acciones sincronizadas. Uno de ellos se deshizo de una bolsa grande que llevaba, mientras quien conducía el rodado la aceleró al máximo para huir del lugar.
Los policías examinaron la bolsa abandonada. En su interior había las partes de dos chanchos faenados. Concurrieron a la casa del productor quien aseguró que se trataba de sus dos animalitos. Ahora sólo se debía detener a los cuatreros de la moto, cuya identidad ya estaba en poder de la policía.
Los funcionarios policiales informaron todo lo ocurrido a la juez en lo Penal de San Carlos. La magistrado dispuso se detuviera a los dos hombres acusados de cuatrerismo y faena clandestina, y que se los trasladara a su despacho.
Vistas las evidencias y las respuestas dadas por los interesados al interrogatorio judicial, la magistrado entendió que había semiplena prueba para el procesamiento de los dos hombres. El delito que entendió habían cometido fue el de faena clandestina.
A.G., de 20 años de edad y poseedor de antecedentes penales, fue enviado a prisión. El menor tiene iniciado el procesamiento por el código del adolescente, y se dispuso su arresto domiciliario durante 60 días, hasta que se completen las instancias judiciales.
La magistrado no consideró en el caso el delito de abigeato porque este se establece cuando se llevan los animales del predio donde los tiene su propietario. En rigor, en este caso los dos jóvenes no se llevaron los chanchos, sino el producido de su tarea de faena clandestina. Fue esto lo que se sancionó.