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Tras aclarar que no iba contra ningún partido o sector político, Casaretto planteó anoche una cuestión de fueros en la Junta Departamental por entender que el director Waldemar Correa intentó lesionarlo en su función como edil.

Casaretto sostuvo que el pasado viernes un jerarca de la empresa de emergencia móvil donde trabaja se comunicó para informarle que Correa había llamado muy molesto, a denunciar que él había sustraído documentación interna del hospital para divulgarla en la prensa y en sus cuentas de Facebook y Twitter.

La documentación en cuestión fue una circular donde el hospital informaba a las emergencias que no llevaran más pacientes traumatizados a la puerta de emergencias durante la Semana de Turismo, porque no había anestesistas. Aquella situación fue planteada poco después por Casaretto y molestó notoriamente a Correa, quien salió a los medios a negar inconvenientes y acusó al edil de hacer “politiquería”.

Ahora, Casaretto resolvió divulgar la situación vivida la semana pasada. “Todos me conocen, les gustará o no lo que pienso, pero no pueden decir que no soy un tipo frontal. Yo no saqué el documento, me llegó como tantos otros en mi calidad de edil. (…) La conversación con mi superior duró cinco minutos, me conocen desde hace 15 años y es una empresa que califica a sus funcionarios de acuerdo a su forma de trabajar, no de acuerdo a su opinión política o a lo que vuelco en esta Junta Departamental”, subrayó.

Más adelante, el edil concluyó que “hay algo que huele muy mal en el hospital Alvariza y lo peor que puede haber cuando algo no funciona bien es la soberbia”. A modo de ejemplo, recordó la cantidad de veces que el director del hospital de Maldonado, Carlos Olivet, acudió a la Junta Departamental en busca de respaldo para subsanar las carencias del centro de salud.

“Olivet es mucho más político que Correa, porque es suplente del Yuyo (Pérez) y siempre estaba planteando situaciones y buscando soluciones. Eso me hubiese gustado del director Correa, que viniera a la Junta a plantear los problemas, que me desafiara a debatir el tema en los medios. Pero no. Utilizó el camino que se usaba en la dictadura, el del jerarca que presiona al jefe para que apriete al funcionario, sentenció Casaretto.

Acto seguido pidió respaldo a sus compañeros en este planteo e informó su intención de informar sobre el incidente a la ministra de Salud Pública, Alicia Muñiz: “jerarcas que persiguen a personas por la forma de expresar no pueden estar al frente de organismos públicos”, opinó.

No obstante, la bancada frenteamplista mostró posturas encontradas y el planteo de Casaretto fracasó por falta de votos.