Un matrimonio atraviesa una insólita situación por atreverse a denunciar las malas condiciones en que trabajaban en una residencia de la Ruta 12, propiedad de una familia francesa. Tras cinco años de servicios, recurrieron al Ministerio de Trabajo pero, a raíz del dictamen que les resultó favorable, sufren un hostigamiento pocas veces visto, contó a FM Gente la sindicalista Marisa Trindade.
Los patrones les cortaron la luz y el agua, envían gente a rondar la casa durante la noche para que no puedan dormir, impiden que el hombre vaya al médico para tratar su cáncer. Todo eso, según Trindade, porque los empleados recurrieron al Ministerio de Trabajo para denunciar las malas condiciones de vida a las que eran sometidos en la residencia rural, ubicada en Ruta 12, camino a la Capilla.
Trindade, dirigente del sindicato de empleadas domésticas, dijo que la Mesa Intersindical de Maldonado llevó a la policía, este viernes, para constatar la grave situación que padece el matrimonio tras un dictamen de la Inspección de Trabajo que obliga a los franceses a mantenerlos como caseros mientras les pagan los haberes adeudados.
En la primera audiencia que procuró la conciliación, los patrones negaron alojar a sus empleados en malas condiciones y tampoco admitieron irregularidades cometidas con los aportes al Banco de Previsión Social. En contrapartida y ante testigos, los franceses trataron a la pareja de “uruguayos de porquería” y les dijeron que no conseguirían nada porque ellos tienen dinero para pagar abogados.
Tampoco respetaron la orden ministerial de mantener a los caseros en la propiedad hasta que les paguen lo que les deben. “El esposo tiene cáncer en la garganta y les cortaron las cuatro ruedas de la camioneta para que no fuera al médico. No los dejan descansar y la patrona le prohibió a la empleada salir de la casa ni contactarse con el resto de los trabajadores” del establecimiento, relató Trindade.
La guerra continuó. “Ayer les cortaron el agua y la luz. Fue el mecánico a arreglarles la camioneta y les llevó bidones de agua. Se quedó con ellos y comprobó que la gente los molesta haciendo ruido y con linternas para que no descansen. Hoy el dueño lo vio al mecánico y lo corrió”, agregó.
Puntualizó que los empleados llevan cinco años de funciones en ese establecimiento de la Ruta 12 y resolvieron denunciar su caso, cansados de vivir en una habitación de proporciones reducidas, mal pagos y con aportes ficticios ante el BPS. Según Trindade, cuando tiempo atrás el hombre pidió que “pusieran en caja” a su mujer, le declararon la mitad del salario y pusieron la diferencia en los aportes de la pareja.
La dirigente no duda que los franceses están presionando al matrimonio para asustarlos y que se retiren. No hay planes de claudicar pero teme que algo malo pase de aquí al lunes, cuando el abogado pueda volver a denunciar la situación ante la Inspección de Trabajo. Hasta entonces, la Mesa Intersindical estará monitoreando la situación.
(producción: Fabián Sánchez)
mr