Este miércoles 10 se llevó a cabo una nueva audiencia, a la que accedió FM GENTE, por el caso del copamiento a La Maison. La teoría que la defensa maneja desde el principio es que Gonzalo Aguiar "estaba atravesando un gran inconveniente económico debido a unas diferencias con unos socios canadienses" y que por ello propusieron a su defendido “simular un hurto” de un arsenal de armas que ya tenía vendidas en el mercado negro y de una camioneta de la que cobraría seguro. El único imprevisto fue la presencia del padre de Aguiar en la vivienda quien se suponía no debía estar ese día. La defensa solicitó que la condena fuera por la “comisión de un delito de simulación de delito”.
La audiencia de este miércoles tuvo la finalidad de proponer nuevos elementos probatorios por parte de la defensa de D. R. C., acusado por el copamiento a La Maison y para el que Fiscalía pidió 22 años de prisión.
Sus abogados, Federico Graña y Jessica Tonkovic, señalaron que tras la muerte de Aguiar surgieron elementos que ellos desconocían y que “abonan” su teoría del caso.
“Como por ejemplo que el mismo habría gestionado su autosecuestro para obtener dinero a cambio, a consecuencia del apremio económico”, señalan, al igual “que su matrimonio con la señora Camejo en apariencia sería ficticio”.
Por esa razón solicitaron que les permitan agregar a la carpeta investigativa publicaciones de prensa y redes sociales donde dan cuenta de los hechos mencionados anteriormente. También solicitaron que declare la expareja de Aguiar, Romina Camejo, y que se levante el secreto bancario y tributario del fallecido.
Fiscalía acusó a D. R. C. de los delitos de violación de domicilio, de copamiento, de lesiones graves y de lesiones personales agravadas.
La defensa señala que el acusado no estaba armado y que no golpeó a nadie, sino que se limitó a cargar el armamento en el vehículo. Señalan que Fiscalía no se ajusta a la realidad de los hechos y enumeró sus fundamentaciones.
Indican que “ninguno de los supuestos copadores tiene antecedentes judiciales”; que Aguiar había ordenado desconectar las cámaras de video vigilancia de la mansión una semana antes del copamiento; que “a pesar de la mansión que tiene” al momento del hecho se había ido a descansar unos días a Piriápolis.
Argumentan que, según un guardia de la mansión, Aguiar llegó a tirar “un bollón con cocaína en el inodoro” y que "consumía estupefacientes en grandes cantidades". El mismo testigo del caso también había señalado que Aguiar le había exhibido las armas a “gente rara” que serían compradores de las mismas en el mercado negro “lo que le llevó a afirmar que la supuesta víctima se iba a auto-robar”.
La defensa agrega que las armas que se iban a “robar” no estaban en la bóveda, sino ya acomodadas arriba de un escritorio, prontas para ser retiradas. Puntualizan que “la situación no ha sido aclarada durante la investigación”. “¿Quién puso las armas sobre el escritorio? Aguiar y la señora Camejo, su esposa, durante la investigación afirmaron que las armas estaban en la bóveda”, señalan.
También fundamentan que “no se utiliza una sola arma de fuego en tan grave copamiento” y que las mismas “no fueron halladas en ninguno de los allanamientos realizados en los domicilios de los imputados”.
Afirman que no se utiliza un solo precinto para “atar a las supuestas víctimas”, sino que las mismas fueron atadas con cinta y que al padre de Aguiar “se le simula atar con cinta de papel”.
Señalan que sin esfuerzo alguno y teniendo más de 80 años el hombre se “desató” solo y luego se quedó haciendo café “hasta el amanecer”.
“El supuesto copamiento ocurre apenas pasada la medianoche y el primer llamado a la policía es casi a las 7.00”, agregan.
Graña relata que “se le dijo” a su defendido “que estaba todo arreglado, sin cámaras” y que un guardia que estaba de acuerdo con el simulacro franquearía el acceso, las armas estarían fuera de la bóveda sobre un escritorio para ser llevadas y que “nadie llamaría a la policía hasta la mañana siguiente”. “Era solamente entrar y salir”.
“Al llegar a la casa el agente de la entrada les abrió el portón de reja y pidió que lo golpearan para hacer creíble el supuesto delito”, continuó relatando. Todo sucedió como estaba previsto excepto hasta el momento en el que "todos oyeron que se había despertado el señor Aguiar, quien no estaba previsto que estuviera ahí”, agregó.
Dos de los implicados “fueron hasta su cuarto y le dijeron que se tranquilizara, simulando atar sus manos con cinta de papel, es así que tal como surge de la carpeta investigativa, rápidamente se liberó de las supuestas ataduras; y tal cual lo planeado, nadie llamó a la policía hasta el amanecer”, señaló.
La defensa alegó que ninguno de los implicados ideó el copamiento y que no se utilizó violencia ni se forzó la vivienda, asimismo tampoco se amenazó a nadie. Su defendido “se limitó a cargar las armas que estaban previamente acondicionadas y luego se retiró del lugar”.
“Hasta ahí nos encontramos ante el hecho de que el ingreso a la finca fue con autorización expresa”, señala Graña y agrega que posteriormente "propio de la ausencia de experiencia" y teniendo presente "que los imputados se encontraron con un vehículo lleno de armas de fuego y previendo la posibilidad de ser traicionados por quien en definitiva habría generado el auto robo, comenzó un nerviosismo general por descartarse de las cosas y comenzó el periplo descrito por Fiscalía”.
La defensa solicitó que la condena al acusado fuera por la “comisión de un delito de simulación de delito”. Asimismo, en la audiencia de este miércoles solicitó prórroga de medidas cautelares que fueron concedidas por 90 días.
Foto: FM GENTE