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El 20 de junio, próximo a la hora 1:45, se recibió un llamado al 911 que alertaba que en calle Jorge Yessi Cabrera esquina Lavalleja, en San Carlos, había una persona caída en la vereda.

De inmediato se generó respuesta policial y se llamó a una unidad de emergencia móvil que trató de reanimar al hombre, pero finalmente constató su fallecimiento en la calle.

Las huellas dactilares recogidas por la Policía Científica demostraron que el fallecido era Jhony Leandro Diaz Sosa, de 31 años y poseedor de antecedentes penales, hijo de un conocido personaje de esa zona de San Carlos y vinculado a investigaciones por drogas, Víctor Hugo Díaz.

De la autopsia surgió que Leandro había recibido dos disparos de arma de fuego de grueso calibre, uno en la región lumbar y otro en el muslo derecho. La bala en la región lumbar generó varias lesiones y la causa de muerte fue anemia aguda, es decir, se desangró en la calle.

La madrugada de su muerte, y en el lugar en el que fue encontrado, se recibió un testimonio que indicó que había escuchado a Díaz Sosa pedir ayuda antes de fallecer.

La investigación del caso incluyó relevamiento de cámaras del CCU y declaración de un testigo protegido, entre otros, y así se pudo saber que esa noche el fallecido había concurrido a una casa de calle Yessy Cabrera y Joaquín Suarez, donde funciona una boca de venta de sustancias, con intención de adquirir droga.

La víctima no llevaba armas ni dinero, y, según las versiones de los testigos protegidos, entró a la boca reclamando que “tenían que darle droga porque él era el hijo de Víctor Hugo”.

Las cámaras de seguridad mostraron a Díaz entrar a la casa y salir minutos después corriendo, semi agachado, malherido, con la manga del buzo colgando, y se lo ve cayendo a unos veinte metros de la casa.

También del relato de los testigos protegidos, surgió que Díaz ya había sido amenazado de muerte por tema vinculado a drogas y también surgió que, si bien en la boca esa madrugada había varias personas, el que habría dado muerte a Díaz era José Luciano Ferreira, alias “El Negro”.

Ferreira fue detenido este lunes por la comisión de otro delito, una rapiña agravada, y se le tomó declaración, en presencia de su defensora, respecto de la muerte de Leandro.

“El Negro” admitió su responsabilidad en la muerte, dijo que efectivamente estaba en esa casa, alcoholizado, que Leandro entró corriendo, que “se le fue encima” y que al escuchar que alguien gritaba “tirá”, el atinó a sacar su arma y disparar dos veces. Cuando Leandro salió, el dueño de la boca le pidió que entregara su arma, él la entregó y se fue del lugar.

Ferreira y su defensa aceptaron juicio por proceso abreviado y así resultó condenado como autor de un delito de homicidio, además de la condena por la rapiña agravada que investigaba la otra fiscalía de San Carlos. La pena fijada por el homicidio es de seis años de penitenciaría.

LA RAPIÑA
En la mañana del viernes 23 se denunció que un sujeto había ingresado a un autoservicio de calle J. Daniel Mautone, en San Carlos.

El desconocido amenazó a la vendedora con un arma de fuego y se llevó dinero, mercadería y un celular.

Luego huyó con otro hombre que lo aguardaba afuera, en una moto.

Los investigadores de la Zona III trabajaron en el caso, recabaron información y los registros del sistema de video-vigilancia público, logrando identificar a José Luciano Ferreira Pereira como la persona que entró al comercio y también a quien lo esperó en la moto.

La investigación también reveló que "El Negro" era portador de tobillera electrónica colocada tras una intervención judicial en un caso de la Comisaría Especializada en Violencia Doméstica y de Género de San Carlos.

Ferreira se retiró la tobillera electrónica, que fue recuperada por funcionarios policiales en Ruta 9, a la altura del km 134.

Una vez que Ferreira y F.C.O., su cómplice, fueron localizados en una casa en Mataojo fueron detenidos y luego sometidos ante la justicia.

José Luciano Ferreira Pereira (20 años y poseedor de un antecedente penal) fue condenado como autor de un delito de rapiña agravado por el uso de armas y la pluriparticipación en reiteración real con un delito de retiro de dispositivo electrónico no autorizado. Se estableció una pena de 6 años de penitenciaria.

En tanto, F.C.O. (21) fue condenado como autor de un delito de rapiña agravada por el uso de armas y la pluriparticipación. En su caso la pena es de 5 años y 4 meses de prisión efectiva.




foto portada: José Luciano Ferreira, Ministerio del Interior
foto galería: archivo FM GENTE, 2017, Leandro Díaz Sosa

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