Un joven de 25 años está preso por la muerte de Natalia Martínez Bengoa, ocurrida en 2007. Tras la reconstrucción de los hechos, el juez Gabriel Ohanián le imputó "homicidio". El jefe de Policía de Maldonado, Juan Balbis, reconoció el trabajo de los investigadores y dio el caso por aclarado. Ignacio Berti, abogado de la familia Martínez Bengoa, dijo a FM Gente que el desenlace produjo "alivio" pero también ansiedad por saber qué pasó con la adolescente.
El joven de 25 años, que confesó haber ocultado el cadáver de Natalia Martínez Bengoa hace tres años en la zona del Club del Lago, fue ayer a prisión imputado de un delito de homicidio. Si bien afirmó que la adolescente murió por causas naturales y las pericias forenses no revelaron indicios de muerte violenta, el juez penal Gabriel Ohanián resolvió imputarle el homicidio.
El abogado Ignacio Berti descartó de plano que la chica haya muerto por una sobredosis o por un ataque de asma. Sostuvo que existen otros elementos que "prueban claramente" que Natalia no murió accidentalmente como se pretende señalar. "La prueba forense revela que no hubo violencia física pero eso no implica que no haya muerto por otro hecho de violencia que no sea natural", aclaró.
Agregó que el chico procesado era conocido "esporádicamente" de Natalia en Montevideo, relacionado a través de otros amigos. "La posición de la familia es que de ninguna manera aceptará que se quiera hacer pasar este caso por muerte natural. La interpretanción del juzgado nos satisface plenamente porque se caraturó de homicidió", enfatizó Berti.
El joven fue detenido junto a otros seis el martes y este miércoles confesó haber ocultado el cuerpo de Natalia en un bosque, durante la mañana del 19 de enero de 2007, horas después de haber salido del boliche La Rinconada de Piriápolis.
El procesado es montevideano y conocido de la vícticma, dijo que la llevó en su auto pero que no la mató. Aseguró que la chica se descompensó y murió por causas naturales. Declaró que, asustado, sin saber a quien recurrir, decidió esconder el cuerpo y guardar silencio durante tres años, según indican las fuentes primarias.
Otros tres sospechosos que se encontraban detenidos -amigos del procesado- quedaron en libertad. La investigación tuvo este descenlace mediante la intercepetación de varios correos electrónicos que la víctima había intercambiado con los sospechosos.
UN GIRO EN LA INVESTIGACIÓN
Un largo y minucioso trabajo llevado adelante por efectivos de la Dirección de Investigaciones de la Policía de Maldonado, logró luego de casi 3 años y medio, esclarecer la desaparición y muerte de la joven Natalia Martínez.
Seis jóvenes fueron detenidos en Montevideo y trasladados a Maldonado, donde fueron sometidos a intensos interrogatorios por parte de efectivos de la Dirección de Investigaciones de la Policía.
Entre ellos, se encontraba el responsable de todo lo ocurrido aquella madrugada del 19 de enero del año 2007, cuando misteriosamente la joven Valeria Natalia Martínez Bengoa (19) desapareció hasta que su cuerpo fue encontrado a 20 kilómetros del lugar, 22 días después.
Se trata de un muchacho que hoy tiene 25 años, sin antecedentes y de posición económica desahogada, conocido de Natalia pero no amigo, que residía en Punta Gorda, Montevideo.
La relación se había generado en encuentros de autos tunning realizados en Montevideo, por lo cual R.B.B no aparecía entre el círculo de los más allegados a la joven.
ALVEZ: "SIEMPRE ESTAMOS TRABAJANDO"
El director de Investigaciones de la Jefatura de Maldonado, César Álvez, indicó este jueves que el desenlace de este caso es una muestra de que pese al paso del tiempo es posible la aclaración pendiente de otros homicidios.
"Como han visto, durante estos tres años, el caso de Natalia siempre estuvo en carpeta. Como el caso de Mateo (Kutalek), como el de 'doña Roberta'. Este equipo tiene información, tiene datos, se sigue trabajando y ojalá que la suerte nos acompañe para que pronto esos hechos sean esclarecidos también", señaló.
LA CONFESIÓN
R.B.B., el joven detenido y procesado, confesó que sobre la hora 1.00 del jueves 18 de enero fue a Piriápolis en su coche tunning, a ver si se encontraba con algunos amigos y que sobre la madrugada vio a Natalia (luego que hablara con el empresario que fue intensamente investigado).
Dijo que ella aceptó subir “para dar una vuelta” y que se dirigió por Ruta 10 deteniéndose en el balneario Playa Grande (frente a la discoteca Vértigo), donde intentó “besar y mimar” a la joven. Agregó que ella se negó y que se puso muy mal: "le dio como un ataque de asma y convulsiones”.
Narró que intentó reanimarla pero que no lo logró y que se puso muy nervioso cuando se percató que estaba sin conocimiento dentro del coche. Intentó obtener ayuda y no lo logró por lo cual salió con destino a Punta del Este (donde su familia tiene una finca).
Sin embargo, a la altura de Portezuelo, decidió retornar hasta ingresar en la calle Laguna del Sauce donde con el cuerpo a cuestas y las manos atadas (para arrastrarla con más comodidad), se internó en un bosque de pinos para tirarlo e intentar taparlo con hojarasca.
Confesó además que desde entonces, cada día se levantaba esperando que la policía golpeara a su puerta porque todo se había descubierto.
El giro definitivo en este emblemático caso, se produjo luego de analizar al menos 1000 hojas de un informe conteniendo cruce de llamadas telefónicas y textos obtenidos en el chat de Natalia Martínez y correos electrónicos, donde comenzaron a surgir en los últimos meses, muchos nombres y vinculaciones, que nada tenían que ver con las casi 200 personas que fueron interrogadas en el largo proceso.
Allí figuraba también el nombre de un ex novio de Natalia de iniciales M.S., relacionado además con el ahora procesado por las actividades tunning.
El comentado “auto rojo”, del que mucho se habló, era efectivamente un Chevrolet Cora “tunning”, de color bordó, propiedad del ahora procesado por el delito de homicidio.
Algunos puntos aún están sin aclarar, ya que las causas de la muerte de Natalia hasta hoy no pudieron ser determinadas por las pericias forenses. Natalia no padecía problemas respiratorios como asma y tampoco usaba inhalador.
EL BAILE FINAL
Natalia Martínez había ido a la discoteca La Rinconada de Punta Fría la noche del jueves 18 de enero del año 2007, junto a 3 amigas. Sobre las 5 de la madrugada decidió retirarse, nuevamente junto a las amigas con las que había llegado.
A partir de allí, todo fue un misterio, porque luego de cruzar algunas palabras con uno de los porteros del centro nocturno, y de quedar unos metros detrás de sus amigas, desapareció misteriosamente. Cuando sus amigas -que habían ido a buscar el coche en el que se habían trasladado, estacionado a una cuadra del boliche-, vieron que demoraba, salieron a buscarla, pero ya no la vieron más.
Luego se supo que tras saludar al portero, Natalia se detuvo brevemente a dialogar con un comerciante de Piriápolis que detuvo su coche al verla, quien finalmente se supo nada tuvo que ver con lo ocurrido.
El viernes 19 a última hora, FM GENTE visitaba a sus padres, Magdalena Bengoa y Heber Martínez en su modesto apartamento de la avenida Piria de Piriapolis, al que venían cada verano desde hacia 25 años. Su madre narró que Natalia salió como cada día, con sus 3 amigas y sin haber dado muestras de tener problema de algún tipo.
Sus amigas declararon una y otra vez que toda la noche habían estado juntas en La Rinconada, mientras que uno de los porteros del lugar, aseguró que Natalia se retiró “normal”, es decir, sin muestras de haber bebido (al menos en exceso) o haber consumido “algo”. Tanto ella como sus amigas eran bien conocidas en el boliche, porque estaban consideradas “habitué” del lugar.
Luego de 3 semanas y un día de intensa búsqueda y exposición mediática del caso, el cadáver de la joven, en avanzado estado de descomposición, fue encontrado el sábado 10 de febrero, en medio de un arenal y bosque de pinos en una zona ubicada entre el arroyo El Potrero, la Ruta Inter balnearia y la Laguna del Sauce, a unos 20 kilómetros del boliche La Rinconada.