Cortan y rayan los asientos, incendian las cortinas o les quitan las correas. Han llegado a lanzar al pavimento la ventana de emergencia. Suben alcoholizados e insultan a los pasajeros. Se plantan en el medio del pasillo y no dejan que suba nadie más. Así se comportan varios grupos de estudiantes de UTU y liceos de Maldonado y Punta del Este a bordo del ómnibus que los transporta a sus centros educativos. Al chofer de CODESA Andrés Ramos, todo esto le colmó la paciencia.
Ramos, un ex policía que intenta apegarse a rajatabla al reglamento de Tránsito, perdió la paciencia el sábado pasado, cuando un grupo de estudiantes subieron alcoholizados y comenzaron a insultar y molestar a los pasajeros y se agarraron a las piñas en el pasillo. El chofer no dudó en enfilar el ómnibus hacia la seccional 6ª, donde unos once pasajeros lo avalaron en la denuncia que presentó contra los jóvenes desaforados, que habían subido en el Liceo de Punta del Este.
Este miércoles narró a FM Gente que “los actos vandálicos” en los ómnibus se dan desde comienzos del año lectivo, que son un problema diario en los turnos de entrada y salida a los centros educativos y que no hay forma de frenar a los estudiantes. En busca de soluciones ha llegado a plantear el tema a los comisarios de las seccionales de Maldonado y Punta del Este, quienes le recomendaron cerrar las puertas y marchar a la seccional cuando las situaciones se vuelvan incontrolables o riesgosas.
“En cualquier momento habrá un accidente a causa de eso. La cosa está fea para nosotros y yo no puedo conducir, cobrar el boleto y además controlar a estos menores que saben que no les puedes hacer nada y te dicen de todo”, narró el chofer, desalentado. Afirmó que, para evitar estos malos ratos, los trabajadores suelen evitar los turnos en que viajan los estudiantes y por ese motivo se recargan los servicios en los horarios anteriores o posteriores.
“Yo no reclamo nada, estoy poniendo en conocimiento a quien corresponda, porque estos muchachos se pasaron de la raya. La gente sube con miedo, no quiere subir en ese horario”, enfatizó.
Un dato llamativo aportado por el chofer, es que el 85% de los elementos cortantes y objetos que los estudiantes utilizan para destrozar las unidades están en poder de mujeres. Ramos no tuvo dudas al afirmar que son ellas las que inician o propician conductas inapropiadas en las unidades, tal vez porque sienten que el chofer no las enfrentará con el mismo énfasis que a un varón.
Ramos entiende que todo tiene un trasfondo social difícil de revertir, pero enfatizó que aunque eso ocasione molestias a los pasajeros y despierte furibundas reacciones de los padres de los menores intervenidos, seguirá marchando con su bus rumbo a la seccional cuando las situaciones se pasen de la raya. “Si en todos los turnos van a destrozar los coches, no tendremos en qué viajar”, advirtió.