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“No sé de donde sacó (Lussich) esa información. Este hombre confundió las cosas, nosotros estamos comprando lo que ya está autorizado de la anterior legislatura. Este hombre tendría que fijarse en los antecedentes: estamos cumpliendo con el cupo de diez unidades que nos otorgó la Junta Departamental anterior”, enfatizó.

Salgado explicó que, al margen de la anuencia pedida por la Intendencia a la Junta Departamental para la compra de unidades usadas, CODESA ya tenía aprobada una autorización para adquirir hasta diez unidades usadas.

Agregó que fueron adquiridas seis y que, sabiendo que CUTCSA –la empresa montevideana que vendió esas unidades- traería nuevos coches, dejaron pendientes las restantes cuatro autorizadas porque estarían en mejores condiciones.

Salgado explicó que cuatro de los seis coches se están terminando de pintar y ya fueron autorizados en la Intendencia para salir a circular. Otras dos unidades fueron compradas porque CUTCSA hacía una bonificación si adquirían seis y previendo que, en algún momento, todas las empresas tendrán que aumentar la flota dado el incesante aumento en la venta de boletos, agregó.

Por otra parte, negó que la empresa reserve unidades para forzar a los usuarios a protestar y reclamar nuevos coches, como forma de justificar el pedido de la anuencia a la Junta Departamental para comprar unidades usadas, según opinó Lussich.

Salgado lamentó que el edil no haya consultado a la empresa sobre este tema, para interiorizarse del asunto antes de hacer declaraciones públicas sin fundamentos. “Me llama la atención que no haya venido a ver lo que estamos haciendo. Acá vienen muchos ediles y se van asombrados del trabajo que hacemos con las unidades. Me extraña que una persona que está en un cargo público se haya entreverado tanto”, comentó.

POR UN FIDEICOMISO

Salgado remarcó que la mayoría de las empresas del departamento está al límite de crédito bancario, debido a la renovación de flotas de años anteriores, por lo cual deben buscar nuevos mecanismos.

“Los bancos ya no dan más y lo que estamos trabajando es un fideicomiso similar al de Montevideo, que consiste en ceder un porcentaje de la recaudación durante los años que el ómnibus se esté pagando, para destinar a la compra de unidades nuevas. Por eso Montevideo renueva, su último fideicomiso fue de US$ 33 millones”, indicó.

Salgado explicó que hay avances importantes en este punto, ya que están siguiendo pasos similares a los ya aplicados en Montevideo para adquirir ómnibus nuevos, lo cual requiere la autorización de la Junta Departamental y de la Intendencia.

CAMBIO EN LAS CALLES

Por otra parte, el presidente de CODESA informó que se están retirando coches de los años 80 y que no podrían estar más circulando, para “adelantar en diez o doce años”. Explicó que la empresa está en permanente contacto con CUTCSA para negociar la compra de unidades en las mejores condiciones, pensando en el futuro.

Salgado también señaló que Brasil, país de donde la firma importa las unidades nuevas, hace las entregas con atrasos de hasta 18 meses. Además, remarcó que la magnitud de los encargues que realizan empresas de otros países –un mexicano llegó a pedir 300- relega el pedido de los uruguayos al final de la lista de las fábricas.

El directivo dijo entender los reclamos de los usuarios, pero explicó que la situación es así desde que entró a la empresa, hace 25 años. “A veces la gente empieza a trabajar en diciembre, otros años en octubre, este año empezaron más tarde. Entonces vamos acomodando los ómnibus a medida que la gente va empezando a trabajar”, explicó.

No obstante, el comportamiento varía. “Se agregan turnos pero, a veces a las 3 de la tarde va socado y el de quince minutos después va vacío. Y al otro día ocurre al revés. Ha pasado siempre y es difícil que no pase, porque no sé el día exacto en que la gente empieza a trabajar”, argumentó. “En algunos casos hay ociosidad de coches y en otros, como las horas picos, están todos los coches en la calle.”

“Para nosotros no hay mejor negocio que la unidad nueva, porque trabaja ocho años sin gastarle en nada. Empresarialmente, lo mejor que hay es tener todos los ómnibus nuevos. (…) Además, el aumento de la venta de boletos es lo que ha permitido que no suba el precio. Si esto no hubiese sido así, el boleto estaba al doble porque los costos de mantenimiento son caros. El 60% de cada boleto que paga la gente es salario”, afirmó.