La condena incluye también la cobertura de los gastos médicos del joven de 25 años que requiere dicho dispositivo para poder vivir. El mismo mejorará su calidad de vida, evitará riesgos y disminuirá la cantidad de ingresos hospitalarios por insuficiencia cardíaca.
El Fondo Nacional de Recursos (FNR) apeló la resolución.
Un tribunal de apelaciones confirmó el fallo en primera instancia, según informó el Diario Correo del Este.
El cardiólogo que atiende al joven, Alejandro Cuesta, dejó constancia en su historia clínica que padece de miocardiopatía dilatada, de origen no isquémico, producida por una atrofia muscular de Duchenne.
El médico informa en el reporte que dicha patología es una “enfermedad rara” y que la ha padecido desde niño. Gracias al apoyo que ha recibido pudo caminar hasta la actualidad, pero ahora debe usar silla de ruedas.
Debido a su miocardiopatía dilatada sufre insuficiencia cardíaca crónica e hipertrofia de ambos ventrículos. Asimismo, se le ha diagnosticado un tipo de arritmia conocida como repolarización precoz, lo que genera que exista riesgo de muerte súbita.
El paciente había realizado una petición administrativa ante el FNR, según informó el portal mencionado anteriormente, y este se lo negó por lo que recurrió a la justicia. El implante de un cardiodesfibrilador tiene un costo que el joven no puede asumir y de eso depende su vida.
El mismo es un dispositivo que detecta cualquier latido cardíaco rápido y potencialmente mortal, llamado arritmia. Si se presenta dicho latido cardíaco, envía rápidamente un electrochoque al corazón para transformar el ritmo de nuevo a la normalidad.