El caso se remonta a julio de 2003 cuando Francisco Cardozo fue detenido en el puerto de Piriápolis y trasladado a la seccional 11ª donde fue alojado en un calabozo. Según se denunció, allí había sido sometido a salvajes torturas, golpes que le provocaron la pérdida del conocimiento, e incluso se manejó la posibilidad de que el detenido hubiera sido sometido a un "empalamiento". En las últimas horas, luego de varias instancias, la Suprema Corte de Justicia resolvió un recurso de casación presentado por este caso y confirmó la acusación y la sentencia del Tribunal donde se establecía que varios policías habían participado de los actos de tortura a los que fue sometido el preso y otros habían encubierto el asunto. En el caso habían actuado los fiscales Juan Bautista Gómez y luego la Doctora Llorente y dos jueces penales de la época.
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WhatsAppEl sábado 26 de julio de 2003 Francisco Cardozo se encontraba en la zona del puerto de Piriápolis. A media tarde fue detenido por personal de la Subprefectura local ya que habría orinado en la vía pública.
Fue trasladado a la seccional 11 y alojado en un calabozo pero, como posteriormente se denunció, al poco rato fue sometido a una golpiza y a vejámenes varios por parte de policías de esa dependencia. En aquel momento se indicó que las torturas habían llegado incluso a un “empalamiento” y se indicó que Cardozo había perdido el conocimiento a raíz de la violencia a la que fue sometido.
Poco antes de la medianoche del mismo sábado, Cardozo fue liberado sin que recibiera asistencia médica alguna por las heridas sufridas y sin que se registrara su detención.
Una vez en libertad, Cardozo llegó a su casa en delicado estado y fue acompañado por su hermana Gladys a la policlínica local de salud pública.
Según la denuncia penal que se presentó por estos hechos -una semana después por parte del Dr. Martín Macedo-, el médico que atendió a Cardoso en esa policlínica se negó a entregar un certificado de las heridas que presentaba y sólo indicó un calmante y reposo. Sin embargo, al otro día Cardozo se agravó y su hermana lo trasladó directamente a la emergencia del Hospital Elbio Rivero.
En ese centro de salud fue examinado por un equipo médico que diagnosticó que su estado era extremadamente grave, que podía presentar rotura de vísceras y que sufría una peritonitis aguda por lo que hubo que operarlo de urgencia.
En parte del escrito del Dr. Macedo se establecía que Cardozo había sido sometido a “torturas sádicas e indignantes”, que le habían maniatado una bufanda al cuello y que éste le había dicho a su hermana que varios policías habían ingresado por turnos al calabozo para someterlo a verdaderas torturas.
También se denunció que efectivos de esa misma seccional ejercían una persecución y hostigamiento regular sobre Cardozo, según aseguraba la hermana de la víctima.
25 Nov 2024
17:00
