Una presunta vidente de 63 años fue condenada por participar en una estafa que involucró la sustracción de US$ 20 millones a una mujer brasileña en 2020. La sentencia también incluyó la confiscación de propiedades en Punta del Este.
Se trata de una mujer de 63 años que fue sentenciada a dos años de prisión por su implicancia en una estafa de US$ 20 millones a una viuda brasileña, heredera de un hacendado de Quaraí. La acusada, conocida de la víctima desde hace años, se ofreció para administrar su fortuna.
Según la sentencia divulgada por el periodista Eduardo Preve en X, la jueza Carolina Olivera dictaminó que la acusada cometió delitos de lavado de activos en modalidad de conversión y transferencia en reiteración real, y un delito continuado de apropiación indebida.
Además de la pena de prisión, a la condenada le fueron confiscadas acciones en una empresa, locales comerciales en Punta del Este, un apartamento en nuestro principal balneario y una casa en Artigas. También se le embargaron tres millones de dólares.
La investigación estuvo a cargo del fiscal adscripto Federico Rodríguez.
En primera instancia, la Fiscalía de 1° Turno de Artigas archivó la denuncia de la brasileña en contra de la vidente, pero tras pedir el reexamen de la causa, la oficina de 2° Turno de la capital departamental, con el fiscal adscripto Federico Rodríguez a cargo del caso, formalizó la investigación contra la implicada, informó El Observador.
LOS HECHOS
Marina Brasil conoció con 25 años a Francisco Rodríguez Outeiro (68). Estuvieron juntos durante años hasta que en 2016 decidieron casarse. El hombre tenía un importante poder adquisitivo: era propietario de una estancia de más de 4.000 hectáreas en el departamento Artigas, tenía otro campo Quaraí, más propiedades, vehículos y poseía acciones de importantes empresas de Brasil. En 2017 murió y dejó esa herencia que estaba valuada en U$D 20 millones.
La familia tenía una gran confianza en una médium que, en ese momento de duelo, se acercó a Brasil a acompañarla en el dolor. “Yo creí que me abrazaban, pero me estaban apuñalando”, contó en su momento a los medios.
Ese acercamiento era, en realidad, una excusa para orquestar una maniobra.
La médium le decía a Marina que podía comunicarse con su difunto esposo y le daba órdenes sobre los pasos a seguir. Esta mujer con supuestos poderes sobrenaturales utilizó un estado de debilidad física y mental para engañarla. Su abogado brasileño le advirtió sobre que esta mujer era una farsante pero ya era demasiado tarde porque la victima ya había firmado los documentos respectivos hacia quien la había engañado.