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“Yo ponía por allí que algún día le contaré a mis bisnietos, y digo a mis bisnietos porque a mis nietos ya los tengo cansados con estos cuentos, y decía por ahí que lloviendo y de lentes oscuros, me confundieron con Galeano”, comenzó Durán en el programa "Dos a la Par" de FM GENTE, que se emite a las 23 horas.

Agregó, el ex director de Cultura de la intendencia de Maldonado, que “sucedió algo extraño, en alguna crónica que escribíamos decíamos que se están comiendo plumeros pensando que son pollos”.

LAS FALLAS DE INTERNET

Durán incorporó una reflexión a la anécdota cuando dijo que “en esta locura de la comunicación por Internet, con todos lo fantástico que tiene, con todo lo maravilloso que tiene, con todo lo que ha ayudado a comunicar a la gente, también adolece de una serie de fallas que son importantes”.

“Una de ellas es esa falta de rigor a la hora de cuestionar lo que está llegando, y en algún momento algunos de mis trabajos comenzaron a tener, a aparecer en Internet con la firma de Eduardo Galeano, una cosa muy extraña”, cortó camino.

Dijo que “a Eduardo le empezaron a preguntar por esos textos, entre los que se incluían "desechando lo desechable", que se tomó el título de por qué todavía "no me compré un DVD", o de "un día con mi nieta", para Mayores de 40; no sé, una serie de títulos que aparecieron con la firma de Eduardo”.

“Y claro, a él le empezaron a preguntar, y él decía que en mi larga vida de escritor los tres artículos que más repercusión tuvieron, que son por los que me paran en la calle para felicitarme, circulan con mi firma por Internet, no son míos”, testificó.

Explicó tomando el lugar de Galeano que “uno se refiere a las cosas viejas, otro se llama ‘Por qué no tengo un DVD’, lo cual es falso porque sí tengo, y otro que es ‘Mi nieta Sofía’, y yo no tengo ninguna nieta Sofía”.

LA LOCURA DE NO CHEQUEAR

Durán contó que “más adelante Eduardo me escribió un correo donde decía que el drama mío es que mis tres textos más exitosos son tuyos, y no míos, así que cada vez que me felicitan en la calle diciéndome cosas como que es lo mejor que escribiste, qué maravilla, yo me pongo a deshojar la margarita para ver si me mato o no me mato”.

“Y ese error después se fue multiplicando e incluso tuvo cosas increíbles, como que el MEC (ministerio de Educación y Cultura) realizara premiaciones a partir de esos textos con la firma de Galeano”, dijo, desde el absurdo.

Agregó el recuerdo de “que en mi condición de director de Cultura haya asistido en una oportunidad al cine teatro Cantegril de la propia dirección de Cultura y que el locutor haya presentado una de las obras mías como de Eduardo Galeano”.

“O que el propio Marcos Aguinis, best sellers argentino, en el libro ‘El elogio del placer’, haya dedicado nada menos que 20 páginas para contestarle a Eduardo Galeano por un texto que no era de él, tiene que ver con esa locura de no chequear en Internet y de atribuirle a cualquier cronista textos que no le corresponden”, afirmó.

Hizo “referencia al ‘Muere lentamente’, al que se le adjudicó a Pablo Neruda, cuando en realidad es de la brasilera Marta Medeiros; o ‘El estante’, de José Luis Borges, que no es de su autoría; o ‘La marioneta’, de Gabriel García Márquez, hoy fallecido, pero que durante muchísimos años, inclusive cuando Gabriel García Márquez no estaba enfermo aparecía despidiéndose de la vida”.

“Estas son las cosas malas de Internet que hacen que la gente maneje sin libreta de conducir por las autopistas de las redes y pasan estas cosas, estos choques”, sintetizó.

ORGULLO Y DOLOR

Durán testimonió que “yo colgué en la página con una gran cuota de orgullo y dolor, con el dolor de la noticia, el libro que él me envía el año pasado donde en la primera página dice: ‘A Marciano cordialmente, que también podría decir al verdadero autor de mis trabajos más felicitados’”.

“Es como que te confundan con (Luis) Suárez cuando estás jugando, que yo invisto de contento, soy un muy humilde cronista de Florida radicado en Maldonado, que bajo ningún concepto aceptaría la posibilidad de ser la punta de la sombra de un pelo de Eduardo Galeano”, ubicó.

Aclaró que “tiene como resultado de esta cosa de los nuevos medios de comunicación estas confusiones, las disfruto, me parecen cosas extrañísimas, pero no podría nunca confundirme”.

Citó de memoria: “Un tipo que ha sido capaz de decir cosas como: vinieron, ellos tenían la biblia, y nosotros teníamos la tierra, y nos dijeron cierren los ojos y recen; y cuando abrimos los ojos ellos tenían la tierra, y nosotros teníamos la biblia”.

“Es una maravilla lo que nos fue dejando Eduardo, si la naturaleza fuera banco ya la habrían salvado, decía Eduardo; al fin y al cabo somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”, disparó.

Observó que “hay una parte de la historia que no podemos escribirla, yo soy de los que creo que hay historias que ya están escritas y a veces uno lo que hace es transitarlas, en todo caso, profundizar por alguno de esos espacios, tratar de evadir otros lugares”.

“Pero bueno, sí, esta historia de Eduardo hoy me resulta un momento de tristeza por eso, pero es un momento de tristeza generacional por lo que decíamos recién, somos una generación que leímos muchísimo, que estuvimos leyendo permanentemente porque no teníamos televisión, entre otras cosas”, justificó.

Añadió que se leía tanto “porque no había otra cosa que hacer que la de leer, no solamente por nuestro deseo de comunicarnos a través del papel”.
JUSTICIA POR MANO PROPIA

Durán recordó “una anécdota hace unos años, en una de las calles de mi barrio que tiene nombres de escritores, todas las calles; había una que no tenía nombre, se habían olvidado de ponerle, entonces nosotros hicimos justicia por mano propia, y le pusimos Mario Benedetti”.

“Hace muchos años de esto, cuando Benedetti por supuesto que no había fallecido, y hoy es la calle Mario Benedetti; hoy estoy tentado de salir y pegar algún cartel en alguna de las otras que todavía no tienen nombre, y ponerle Eduardo Galeano”, dijo, para justificar el no hacer.

Ilustró que para “hacer justicia por mano propia y no tener que esperar los 10 años que la ley exige para homenajear a nuestros muertos”.

“Me quedo con homenajearlo, y para homenajearlo propongo tres cosas: uno, cuestionar como él acostumbró a cuestionar cada verdad revelada; dos, leerlo, leerlo, leerlo, seguir leyéndolo; y tres, dejar de fumar, que en definitiva Eduardo se va con un cáncer de pulmón y nos priva de un par de décadas más de escritura”, apuntó.

Y cerró con que “hoy decía el ruso (Mauricio) Rosencof, que estaba en su plenitud, que estaba en su mejor momento; yo aprovecho: la invitación a los fumadores la hace un ex fumador, no lo hago desde arriba de una nube, a dejar de fumar para no perder a estos fenómenos”.