El presidente de la Cámara de Industria del Uruguay, Washington Corallo, dijo a FM Gente que si bien las medidas que se apresta a tomar el gobierno para tratar de reorientar el rumbo de la economía “no van a parar el país”, van contra el Uruguay, contra sus empresas y contra sus habitantes. Destacó que se entiende la situación, pero no se comparte que las herramientas que sean las correctas. Afirmó que, en esta circunstancia, “todo el país pierde”.
Corallo dijo que corresponde hacer tres lecturas sobre las medidas que se apresta a tomar el gobierno en materia económica: una corresponde a la actividad privada, otra al sector empresarial y la última respecto al conjunto de la economía uruguaya.
Sostuvo que esto sucede porque, “lamentable, como venimos diciendo desde hace tres años, la actividad industrial viene cayendo, producto de un mundo que empieza a estar ofertado y con menos demanda”.
“Por ejemplo, en el rubro de la construcción, Punta del Este que es un gran dinamizador para la generación de puestos de trabajo, ha venido experimentado una caída… Y eso repercute indirectamente en toda la economía”, agregó.
El empresario señaló que en las épocas de auge “que tuvimos cuatro o cinco años atrás, cuando Uruguay tenía una economía creciente y con un grado inversor que permitía tomar deuda a niveles del primer mundo, se profundizó el déficit fiscal. Se gasto más de lo que se podía, realmente, pensando que el ciclo económico iba a continuar indefinidamente. Pero la teoría económica dice que, en épocas de bonanza, es bueno tratar de tener ingresos y egresos equilibrados. Eso es no tener, prácticamente, déficit fiscal, para que, cuando pasen estos problemas, tener la chance de tomar medidas anticíclicas. Esto es, por ejemplo: en lugar de subir impuestos, bajarlos; tomar medida proactivas para generar empleo; y que el Estado tenga una acción recomponedora de la economía en momentos de crisis”, explicó.
“Somos conscientes que no se hizo así. Se pensó que la bonanza iba a seguir, pero no siguió”, subrayó.
Corallo dijo que ahora el Estado “tiene un déficit fiscal muy alto, que le puede hacer peligrar el grado inversor”.
“Y se echa mano a tres agentes económicos para recaudar dinero aumentar la presión fiscal a las personas físicas a través del IRPF; a las empresas, con medidas que ya habían arrancado en diciembre del año pasado, cuando no se permitió descontar el IRAE en la parte de diferencia de cambio; y la última medida que impacta es el efecto global de todo esto”. Afirmó que, en esta circunstancia “todo el país pierde”.
Estimó que “no se va a detener la economía. Pero si estoy sacándole un 5% de circulante a aquellas clases que son las que tal vez mantienen el gasto, porque ante un problema de demanda externa la gente busca trabajar en el mercado interno, eso hace que la gente antes de gastar vea, porque sus ingresos se ven menguados y el efecto derrame en la economía no se logra”.
Apunto que “las empresas normalmente guardan, de sus utilidades, un fondo de reserva y preparan sus planes de inversión”, pero esta situación “nos saca niveles de competitividad. Y puede hacer que las empresas difieran sus inversiones, porque sus flujos de caja, lamentablemente, se van a ver afectados”.
“Entendemos la situación, pero no entendemos que las medidas sean las correctas. Todo esto lo que hace es, lamentablemente, ir contra el Uruguay, contra las empresas y contra sus habitantes. El porcentaje, no se sabe. Como dijo el presidente del Banco Central, no se va a parar el país. No se para, pero en un momento en que ya está en caída, puede caer un poco más”, afirmó.
El titular de la gremial de los industriales subrayó que “no es bueno que el país caiga en momento en que la economía viene estancada. Estamos tratando de, si al menos no crecemos, mantenernos igual”.
También señaló que este problema no afecta solo a la industria, sino al agro, al comercio y a los servicios. “Y por ende, afecta a Montevideo y a los restantes 18 departamentos”, agregó.