El abogado Pablo Piacenti, el psicólogo Gustavo Álvarez y el psiquiatra Freddy Pagnussat analizaron las condiciones del sistema carcelario uruguayo y las posibilidades de rehabilitación de los reclusos. Aseguraron que la falta de recursos y un enfoque limitado a la rehabilitación dificultan el proceso de reintegración social.
En una entrevista en La Contratapa de La Revista de FM GENTE, tres especialistas en el ámbito penal y de salud mental hablaron sobre las dificultades que enfrenta el sistema carcelario uruguayo y sus impactos en los reclusos.
Pablo Piacenti, abogado y defensor penal, comenzó destacando que, a pesar de las críticas al sistema, algunos jóvenes logran rehabilitarse tras su primer ingreso a prisión.
"Hay muchos casos de jóvenes que pisan nunca cárcel por primera vez, escarmientan y no vuelven a pisarla nunca más. Los cruzo trabajando en distintos lados, incluso uno me llamó que está trabajando de camionero en España", afirmó.
Sin embargo, Piacenti subrayó que la cárcel, tal como funciona actualmente, no logra cumplir con su objetivo de rehabilitar. "No se ha trabajado bien. Hay una serie de necesidades que se deben priorizar como políticos", indicó el abogado, quien también destacó que Uruguay es uno de los países con mayor número de presos por habitante. "Acá por la superpoblación que hay, a muchos les cuesta participar dentro de las actividades", señaló.
"Cuando trabajaba en Colonia tenía 25 reclusos a mi cargo y llegué a Maldonado y pasé a tener 65. Hoy en día cada defensora penal anda entre 300 y 400 reclusos".
Según Piacenti, sería necesario contar con un sistema más preparado para las personas que salen de la reclusión, especialmente en áreas como la gestión de documentación o la provisión de alimentos.
Por su parte, Gustavo Álvarez, psicólogo y Magíster en Psicología Forense, ofreció una perspectiva sobre la rehabilitación desde el punto de vista de la salud mental.
Según Álvarez, no todos los reclusos son iguales en cuanto a su capacidad de rehabilitación. "Hay reclusos que no se recuperan. Un psicópata no es recuperable. Otro tipo de reclusos sí pueden ser recuperados, aunque el sistema no ayuda mucho", señaló.
Para Álvarez, la distinción entre "infractores" y "delincuentes" es clave. "El infractor tiene grandes chances de cambiar, pero el delincuente vive y piensa en el delito.
El delito es algo que se aprende", explicó. Además, destacó que factores biológicos pueden influir, pero el entorno tiene un papel mucho más determinante en el comportamiento del individuo.
Álvarez también criticó la forma en que, en Uruguay, se vincula la peligrosidad con la figura delictiva, un concepto que, según él, es erróneo. "Hay un concepto errado en el Uruguay donde se equipara la figura delictiva con la peligrosidad, pero no lo es necesariamente", explicó.
En cuanto a la capacidad de rehabilitación de los delincuentes, mencionó que "hay mucho delincuente que delinque por placer".
El psiquiatra Freddy Pagnussat, en su intervención, profundizó en la cuestión de la imputabilidad y la rehabilitación. Según Pagnussat, algunos reclusos pueden tener una percepción distorsionada de la realidad, lo que los haría inimputables.
"Si pensamos en algún enfermo y que su interpretación de la realidad está alterada, seguramente sea inimputable", sostuvo. Sin embargo, también indicó que la rehabilitación en las cárceles enfrenta grandes desafíos debido a la falta de recursos humanos.
"En un porcentaje menor, dada las condiciones del sistema carcelario, hay muchos que son más y menos rehabilitados. En las cárceles no da abasto el personal", señaló.
También mencionó un dato relevante sobre la rehabilitación de los adictos, que es un problema común en el sistema carcelario. "En los mejores centros del mundo, los porcentajes de rehabilitación de adictos solo alcanzan un 35% de éxito", indicó.
Foto: Ernesto Ryan