El Programa de Monitoreo Interinstitucional de Lagunas Costeras, del Ministerio de Ambiente ha estudiado la cuenca de la Laguna de José Ignacio desde el año 2019.
El análisis abarcó las distintas matrices del ecosistema con un enfoque integral a nivel de cuenca.
El estado general detectado ha sido bueno, aunque se advierte que la zona está recibiendo diversas “presiones” como consecuencia de la cercanía del cotizado balneario del mismo nombre.
Entre otras cosas, se han detectado concentraciones demasiado altas de fósforo y nitrógeno.
Según un informe de la cartera, en la cuenca del espejo de agua existe una gran heterogeneidad de hábitats, lo que da lugar a una alta biodiversidad y valor paisajístico.
Esta laguna ha sido designada área importante para la conservación de aves, siendo incluida por BirdLife International como sitio IBA (UY017), y es parte del Parque Nacional Lacustre desde 1977 (Dcto. 260/977).
La Laguna de José Ignacio sustenta importantes servicios ecosistémicos, como pesquerías artesanales, ecoturismo, control hidrológico, entre otros.
Sin embargo, dada su proximidad con el pueblo balneario de José Ignacio, uno de los más exclusivos y concurridos de la costa este uruguaya, tiene como consecuencia varias presiones, que requieren el abordaje desde las distintas áreas de trabajo del Ministerio de Ambiente (MA) y otras instituciones con competencia.
Entre esas presiones figura el aumento y desarrollo inmobiliario urbano, la afluencia turística, situaciones de tala ilegal de especies nativas, la forestación con especies exóticas y transformación de humedales, el tránsito de vehículos motorizados sobre dunas, playas y la costa de la laguna y el creciente interés para la apertura artificial de la barra, entre otros.
A partir de los datos obtenidos del Programa de Monitoreo Interinstitucional de las Lagunas Costeras del Uruguay en el período 2019-2020, la Laguna José Ignacio presentó en general buena calidad de agua y sedimentos.
Cumple con la normativa ambiental, a excepción de las concentraciones de fósforo y nitrógeno que superaron en varias ocasiones la normativa (Dcto. 253/79, MTA 2017).
Considerando la concentración promedio anual de clorofila a para el período de estudio (2019 - 2020) se clasificó en estado mesotrófico bajo los criterios de la OCDE (1982) y oligotrófica según Lamparelli (2004).
En relación a los tributarios, en general el arroyo José Ignacio y la Cañada Sosa registraron valores de cumplimiento de los estándares de aptitud ambiental.
El seguimiento de la calidad ambiental de la Laguna José Ignacio y su cuenca se realiza desde el 2019.
Este programa presenta un abordaje coparticipativo, en el cual el MA, a través de Dinacea, coordina y participa junto con MGAP, a través de Dinara, OSE, IDR y CURE (UdelaR), abarcando el estudio de las distintas matrices del ecosistema con un enfoque integral a nivel de cuenca.
Todo el informe técnico está disponible en la página web de la cartera de Ambiente.