“Realmente no sé lo que ha dicho al final de esa frase. Creo que él tampoco sabe lo que ha dicho”, dijo Donald Trump sobre lo que trató de decir Joe Biden, siendo una lanza al pecho del actual mandatario, que se lo vio descolocado. Hasta sufrió algún lapsus en que pareció quedarse en blanco.
El presidente Joe Biden es tres años y siete meses mayor que el expresidente Donald Trump.
En el debate que mantuvieron este jueves por la noche organizado y transmitido por CNN en Atlanta, la diferencia entre el actual presidente, de 81 años, y su contrincante, de 78, parecía mucho mayor.
Biden, ronco y con poco registro vocal, a menudo fue incapaz de expresar con claridad sus diferencias con Trump. Parecía ido, confundido, En un momento dado, después de que Biden dejara de defender su trayectoria en materia de seguridad fronteriza, Trump dijo: "Realmente no sé lo que dijo al final de esa frase. Creo que él tampoco sabe lo que dijo".
Trump, por su parte, repitió en ocasiones su frecuente negacionismo de las elecciones. Dijo que aceptaría los resultados de las elecciones de 2024 si son "justas y legales", pero luego repitió sus mentiras sobre el fraude en los comicios de 2020.
"Eres un llorón, y perdiste la primera vez", dijo Biden.
Era la primera vez que cualquiera de los dos debatía desde 2020, e hicieron historia este jueves por la noche: era la primera vez que un presidente en ejercicio y un expresidente debatían. Los dos se enfrentaron sobre aborto, inmigración, política exterior, inflación y más.
A la mitad del debate, su enfrentamiento tomó un cariz amargo y personal. Biden destacó las condenas penales de Trump. Trump respondió invocando al hijo de Biden, Hunter, también condenado recientemente. Luego Biden acusó a Trump de haber tenido relaciones sexuales con la estrella porno Stormy Daniels mientras la esposa de Trump estaba embarazada.
"No tuve sexo con una estrella porno", dijo Trump.
El diario El Mundo escribió sobre el debate que "el Partido Demócrata esperaba que el debate que esta madrugada celebraron Joe Biden y Donald Trump sirviera para despejar las dudas sobre la capacidad del actual presidente de Estados Unidos para ganar un segundo mandato.
En cierto sentido, es lo que pasó: despejó dudas. No todas, pero sí muchas.
Eso sí: las dudas sobre la incapacidad de Joe Biden para ganar a Trump, para decir frases coherentes, para no parecer que sufre senilidad, entendida en el sentido del Diccionario de la RAE: "Degeneración progresiva de las facultades físicas y psíquicas".
El resultado es que, tras los 90 minutos de debate entre Trump y Biden, el Partido Demócrata había entrado en pánico y, en su mejor tendencia al faccionalismo y a la antropofagia políticos, se estaba preguntando si sería conveniente intentar lo imposible: convencer a Biden - y, sobre todo, a su mujer, Jill - de que retire su candidatura y dejar para la Convención de agosto la elección de un nuevo candidato. Para Brett Bruen, ex miembro del Consejo de Seguridad de Barack Obama, "Biden necesita retirarse y dejar que la Convención Nacional Demócrata elija a otro candidato más capaz". Hasta ahora, lo que los demócratas estaban planeando era alguna sorpresa en la Convención, como más minorías o paridad de género en el gabinete. Ahora, las apuestas de cambio, para algunos, son todo o nada.
Las posibilidades de que eso suceda son remotas. El equipo de Biden no quiere ni hablar de eso., Kamala Harris, su vicepresidente, saltó anoche en CNN -la cadena que organizaba el debate- diciendo que "se trata de elegir quién es mejor gobernando, no debatiendo". Pero la actuación de Biden había sido histórica. Históricamente mala, se entiende. Más que mala, horrible. El mejor resumen, el de la sobria agencia de noticias Associated Press, acerca del primer tercio del debate: "Un Biden ronco da respuestas deshilvanadas, mientas que Trump contraataca con energía y falsedades", cerrando este segmento.
(Fuente varios medios)