La polémica estalló en las redes sociales, luego de que el sábado pasado los pescadores obtuvieron más de dos mil cajas -de 24 kilos cada una-, en el inicio de la zafra de la corvina rubia, conocida como mingo. Consultado sobre el impacto de la actividad en la fauna ictícola, el distribuidor Daniel de los Santos descartó la depredación de especies mediante el sistema de pesca artesanal.
Contrastó, en ese sentido, con la actividad que realizan los barcos de altura “que en tres días sacan entre seis, siete y ocho mil cajas”. Las embarcaciones de esas características, explicó, emplean las denominadas redes de arrastre, que implican “una pesca más intensiva”.
“Ahí depreda, porque barre con todo lo que viene y después selecciona lo que ellos quieren. Tiran a la mar el otro producto que ellos no trabajan. Eso es una depredación. Y no hablo de los pescadores artesanales. Los pescadores artesanales no pesan en el volumen del pescado que hay en el mar”, enfatizó.
De los pescadores artesanales no se desperdicia absolutamente nada, insistió. “Lo que sí perjudica es que muchas veces los barcos de arrastre, que no tienen permitido llegar a ciertas millas de la costa, los vemos muy seguido arrastrando”, agregó.