La muerte de un directivo del complejo turístico ubicado sobre la ladera del Cerro del Toro, en la noche del martes, movilizó a la Policía ante la presunción de que podría tratarse de un homicidio. No obstante, la investigación permitió establecer que el empresario murió por causas accidentales.
El hecho ocurrió cuando Antonio Mulero Cervantes, un español de 66 años, cayó sobre una estufa a leña y pereció. Tras las primeras observaciones, se descartó la hipótesis de homicidio, ya que la víctima no presentaba señales de violencia.
Se especula con la posibilidad que haya sufrido algún ataque de salud o un accidente que terminó con el dramático desenlace. Para la policía el caso está cerrado, ya que las pericias médicas determinaron que no se trató de un hecho de sangre.