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En el 2022 se inscribieron 19 aspirantes a ser adoptantes, mientras que en el 2021 fueron 13 y 9 en el 2020. Esto muestra que “hay una tendencia a que más personas quieran adoptar”, afirmó el jerarca de INAU.

Informó que en el departamento no hay niño menor a 2 años en condición de adoptabilidad. Actualmente hay un niño que tiene 4 años, otros cuatro niños mayores de 6 años y un adolescente.

LAS CONDICIONES DE ADOPTABILIDAD

Rodas manifestó que un niño llega a estar en condiciones de adoptabilidad siempre por decisión del Poder Judicial. “Luego de que la justicia analizó los informes que INAU efectuó sobre la situación, se procura reestablecer los derechos de ese niño que fueron vulnerados y se trabaja en lo que es la reparación del daño”, explicó.

“Cuando el padre o la madre no pueden hacerse cargo y está por decisión del Poder judicial bajo la responsabilidad del INAU. El Instituto agota todos los recursos con la posible familia sanguínea que pueda tener ese niño o niña, se trata de buscar un tío, un abuelo, un hermano. Cuando agotó todos los recursos, ahí decreta que ese niño puede ser adoptado”, explicó.

Con respecto a las posibles situaciones que atraviesan esos familiares que no pueden hacerse cargo del niño, el jerarca señaló que son muchas las variables y brindó ejemplos de algunas: “se encuentra una tía pero tiene problemas de adicciones y está en situación de calle; otro familiar puede estar preso y le espera una larga condena; otro caso puede ser tener problemas de salud mental y no puede hacerse cargo”.

EL PROCESO DE ADOPCIÓN Y SUS DEMORAS

Las personas que quieren adoptar se pueden anotar en la página web del INAU o acercarse a sus oficinas. A partir de ahí se comienza un ciclo de entrevistas con el equipo técnico integrado por psicólogos y asistentes sociales.

Rodas dijo que “muchas veces se quejan de que lleva tiempo, pero nosotros como INAU tenemos que tener la plena certeza de que esa familia o persona que lo adopte tenga todas las garantías de estar bien, porque si estaba en INAU ese niño es porque no estaba bien cuando llegó”.

Y contó un caso que ejemplificó la necesidad de que estos procesos tomen su tiempo: “hay un caso de una niña que empezó a vivir con una familia amiga y después de tres meses esa persona vino y dijo ´yo no puedo con ella´ y la entregó a INAU. Qué daño emocional sufrió esa niña?. Después se arrepintió y la volvió a buscar y el equipo técnico volvió a confiar. A los pocos meses la entregó de nuevo”.

“No es una planta que cambio de lugar”, expresó Rodas, “entonces se toma todo el tiempo necesario para dar un niño en adopción. Parece que es mucho pero es porque tenemos que tener la plena garantía de que su adoptante se quiere hacer cargo de esa niña, que le ofrece estabilidad emocional, habitacional, laboral” que necesita, subrayó.

Finalmente, el director dijo que la finalidad de INAU es que ese niño, niña o adolescente no permanezca en la Institución y pueda llegar a tener una nueva familia que garantice sus derechos. Mientras tanto, en INAU se le brinda las posibilidades para que desarrolle una vida como cualquier otra persona, accediendo a la educación, a actividades recreativas y deportivas y a todo lo que desee hacer extracurricularmente.