A fines de octubre recibo una llamada de Alexis Cadimar, tarde en la noche, preguntándome como me veía para analizar las elecciones de Estados Unidos, desde Washington, para FM Gente. Increíble, una experiencia única que intentamos transmitir ambos en cada salida al aire, sobre lo que veíamos, lo que sentíamos y lo que aprendíamos. Del día 4 de Noviembre de 2016 al martes 8, día de la elección, participamos de ¨US Election Tour¨, un tour para profesionales internacionales de la política de todo el mundo, en la Elección del próximo primer ciudadano de Estados Unidos. Un único medio, solo dos uruguayos, tal cual una tanda de FM Gente. (Escribe José Pereyra De Brum, politólogo)
Participamos de talleres brindados por especialistas en encuestas, en publicidad, en campañas políticas, por autoridades de los diferentes partidos. Fuimos a actos de los dos candidatos, el sábado en Filadelfia con Hilary Clinton y el domingo a Virginia con Donald Trump, compartiendo horas con militantes y simpatizantes. Conocimos casas partidarias, clubes., conversamos y aprendimos de profesionales de todo el mundo, vinculados al periodismo y a la actividad política.
Participamos como veedores del acto democrático en diferentes circuitos. Fuimos testigos, juntos y para los oyentes de FM Gente de un proceso que comienza hoy, 20 de Enero en el país del Norte.
Estas líneas, no pretenden ser otra cosa, que un análisis más, un relato que sume a la charla entre ciudadanos que entendemos que lo que sucede en el mundo, influye en nuestras vidas.
Y además como forma de dar algo más, a la invitación de FM Gente, empresa con la cuál he compartido los mayores desafíos profesionales, y donde este, a corto plazo es tan increíble para mí, como para muchos fue la victoria de Donald Trump.
La sensación antes de llegar al avión, y hasta el domingo, tanto para Alexis, como para mi, era que Estados Unidos tendría su primer presidenta mujer. Pero ese fin de semana previo al martes de la elección, nos encendió la duda.
En los talleres de los técnicos y profesionales de las campañas electorales, de ambos partidos, coincidían que era muy difícil que ganara Donald Trump, algunos incluso, ya lo descartaban. El lunes de madrugada (cerca de las 4 de la mañana) cuando regresábamos desde Virginia a Washington, y después de ver a ambos candidatos en diferentes actos, la sensación cambió.
En la previa al acto de Trump, los organizadores de ¨América Elige¨ nos advierten que estos actos pueden ser peligrosos para los latinos, lo cual hizo que varios desistieran. Pero nada pasó, y el trato fue excelente, al punto que quedamos a metros de los oradores, incluso del próximo presidente.
La sensación, era la duda, la duda era si un golpe al sistema, si un anti sistema, estaba siendo tomado en serio, porque en sus actos, la gente razonaba con él, lo entendía y creían en un cambio. Fuimos ese domingo a un establo, en la mitad de la nada, como mucha gente, unas cuatro mil personas y muchos medios, se hizo la noche, la gente cantaba y se alumbraba con celular, Estados Unidos será grandioso otra vez, conversaban en la larga cola para ingresar, se respiraba política. En el acto de Hilary Clinton, seguramente habría el doble de gente, cantó Katy Perry ese día, pero no sentimos la política en el aire, se parecía mucho más a un concierto.
El lunes recuerdo salimos al aire y comentábamos la sensación, comparábamos los actos, los discursos, la militancia, la forma de hacer política, y Donald Trump nos había transmitido un relato, los problemas de un país, las causas, el por qué no se solucionaba, y como se solucionaría. Claro que el análisis de los problemas y algunas soluciones eran puestas en escena, buscando provocar una discusión o deliberación, que nunca llegó, solo encontró en el sistema, descalificación y burla, pero si encontró al votante.
El martes 8 de noviembre, finalizando el día, las dudas, fueron certezas y la certeza, generó una gran incertidumbre, ¿qué pasará a partir de hoy en este país y en el mundo?
Decir que lo peor del mundo, estaba ingresando a su país, para discutir la política migratoria, es fuerte, que lo peor de México y de los latinos ingresaba por la frontera y que había que crear un muro, es una provocación.
Pero si del otro lado no hay solución y solo burlas, o insultos, análisis sobre racismo y nunca aparece un trato serio sobre el tema, y seguimos sin generar una política de Estado sobre migración, puede que haya gente que quiera escuchar, incluso cuando se habla poco o cada vez menos de política, o cuando el voto no es obligatorio.
Que diga que va a cambiar el rumbo, y que va a disolver los Tratados de Libre Comercio con China y México entre otros, para el sistema era un disparate, para él y la gente que lo escuchó, era factor relevante de los malos resultados en empleo y salario.
Las fábricas, según Trump estaban cerrando en EUA, hacer acuerdos con países donde los salarios de los trabajadores son tan bajos, es menos trabajo para sus compatriotas, el comercio, recomendaba él, debía hacerse libremente con países que le pagaran bien a sus trabajadores.
Decir y hablar sobre la corrupción del sistema, dando ejemplos permanentemente, dar a conocer y comentar sobre los beneficios de ser político en Estados Unidos, tampoco era tomado en serio.
Cada nota que uno observaba en la televisión, cada debate, cada comunicación, el anti sistema estaba. Creo que su victoria se debe, a no tentarse a cumplir con el rol político, pero también a la soberbia de un sistema que solo ofrecía continuidad y que no estaba dispuesto a deliberar a fondo, los problemas de un país.
La política tradicional de un país que se jacta de su larga tradición democrática, se enfrentó a un retador distinto, que durante la campaña fue acusado de los peores defectos humanos en una sociedad moderna y desarrollada: xenófobo, racista, clasista, misógino, etc.
Pero quizás su fuerte era el fondo de los temas que el común de la política, no quería discutir y gran parte de la población, sí.