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La jueza Adriana Graziuso y la fiscal Stella Llorente trabajaron hasta la hora 22, para determinar las condiciones en que se produjo el crimen del cordobés Horacio Sebaste, durante una discusión con un joven taxi-boy invitado por el turista al apartamento 703 del edificio Siglo Sol, ubicado en en Vaz Ferreira casi Chiverta, en Punta del Este.

Si bien el adolescente confesó haber golpeado al argentino hasta su desvanecimiento y añadió que luego lo asfixió utilizando cloroformo, jueza y fiscal ordenaron afinar detalles para establecer fehacientemente la carátula del caso ya que el taxi-boy afirma que nunca tuvo intención de matar. La duda es si imputar agravantes al hecho o no, indicaron fuentes del caso a FM Gente.

LAS COINCIDENCIAS, A VECES, EXISTEN

Las fuentes afirmaron que la llamada registrada en la madrugada de este domingo en el 911, donde una mujer advirtió que una persona estaba privada de su libertad dentro de un auto, fue una “tremenda coincidencia”.

La autora del llamado fue localizada por la Policía e interrogada el domingo por la noche. Explicó que estaba totalmente ajena al incidente del apartamento 703 y que, en realidad, una discusión con su esposo mientras estaban estacionados en la Ruta 39 derivó en el llamado para decir que iba en el baúl de un auto.

La captura del taxi-boy con el cadáver de Sebaste fue una mera casualidad, enfatizaron las fuentes consultadas por FM Gente. Al ver a la Policía, el joven que llevaba el cuerpo del argentino en el baúl del auto intentó fugar y eso activó la persecución. “Me entrego, me entrego”, dijo cuando la Policía lo abordó, sin tener idea de que no lo buscaban a él.

LITERALMENTE, MATADOR

El homicida de Sebaste es un joven del barrio Kennedy, asentamiento ubicado junto al lujoso Parque del Golf de Punta del Este. Hijo de una humilde empleada de supermercado y mucama, B.M renegó toda la vida de su origen y prefería no acercarse a sus padres porque son pobres.

Detestaba vivir en aquel barrio. Y como suele ocurrir con otros habitantes, discriminados por residir allí, daba otra dirección al momento de solicitar trabajo. También soñaba con suntuosas residencias y con tener al menos un lujoso auto deportivo y lucir prendas de marca.

Sabiéndose buen mozo y educado, desde que era menor de edad el chico se acercaba a hombres argentinos para ofrecer sus servicios sexuales como taxi-boy. Utilizaba esos contactos para acceder a buenos empleos e incluso mezclarse con el estilo de vida de sus potentados amigos.

Financiado por sus clientes, B.M logró realizar algunos viajes e incluso, a través de un decorador de interiores, pudo ganarse la confianza de la familia del argentino Macri en Manantiales. De hecho, llegó a hacerse pasar por sobrino de los poderosos argentinos y decía que su padre vivía en el porteño barrio de Palermo.

Generoso, B.M aprovechaba sus vínculos con gente de buen poder adquisitivo para que otros amigos del barrio Kennedy también tomaran contacto con la buena vida. Esto le generó un problema hace un par de años, cuando alguno de ellos robó un par de championes de la residencia de los Macri y él tomó la camioneta de los dueños de casa para irse de shopping a Montevideo, tras una fiesta organizada en ausencia de los propietarios.

Entonces, el taxi-boy que apenas tenía 16 años, zafó del escándalo cumpliendo arresto domiciliario. Pero también fue vinculado al robo de cheques a un empresario de Maldonado, sin que se lograran pruebas de su responsabilidad en ese hecho.

Salió airoso de ambos casos. Consiguió un trabajo estable y hasta una novia, hija de un conocido abogado fernandino. Pero nunca interrumpió su carrera de taxi-boy, su carrera por obtener rápidamente todo lo que la vida le vedó en el barrio Kennedy.

LA RELACIÓN CON SEBASTE

Según supo FM Gente, B.M y Sebaste tenían una relación desde hace tiempo. De hecho, el joven era conocido por el personal del edificio Siglo Sol, a donde el argentino solía convocarlo con frecuencia, al punto que había sido advertido sobre los riesgos de llevar a este chico y otros al apartamento.

FM Gente supo que el pasado jueves el taxi boy llegó al apartamento con el rostro cubierto por una capucha, para no quedar filmado en las cámaras de seguridad. También se estableció que el domingo de madrugada, el joven y su amante discutieron por el auto.

B.M, le habría pedido a Sebaste que le prestara el auto y y éste le contestó que sólo se lo prestaría si aceptaba pasar al rol pasivo en la relación. Esto desató una discusión entre ambos que derivó en una lucha cuerpo a cuerpo.

Según relató el joven, Sebaste se golpeó la cabeza y se desvaneció. Entonces fue a la cocina y tomó un frasco con cloroformo que el argentino habría traído para limpiar algunas manchas de su auto. Allí mismo lo asfixió.

El chico, cuyo nombre de pila evoca a galán de cine o televisión, tendrá seguramente una austera vida en prisión. La duda que, por el momento, lo mantiene fuera del Centro de Rehabilitación de Las Rosas es por cuánto tiempo permanecerá allí.

Eso dependerá de la segunda reconstrucción de los hechos que se realizará a la hora 15:00 de este lunes. Y de la gravedad que la Justicia penal atribuya al crimen de Sebaste, turista argentino, de reconocida familia cordobesa, hermano del flamante Embajador de Argentina en Haití. Graziuso y Llorente quieren determinar si el homicidio fue pre-meditado.

(producción: Alexis Cadimar /Fabián Sánchez)