El profesor, Jorge Céspedes, director de cultura de la Intendencia de Maldonado en la celebración a un siglo del nacimiento del escultor garzonense, Mario Lazo, destacó la entrega de una vida al servicio artístico a la comunidad, llenando los espacios públicos en el territorio del departamento, en la convicción de crear con sus manos.
La sede de la Junta Departamental reúne un verdadero digesto de sus obras y se transforma en un lugar sugerente para que los ciudadanos visiten y contemplen las realizaciones de un artista local, con dimensión y proyección hacia lo más elevado del espíritu humano.
El director de cultura, afirmó que "Mario tenía un enorme don y sobre todo una generosidad destacada, expresada también a través de sus obras". Visitar y contemplar la colección en la Junta Departamental donde lucen, es una oportunidad de descubrir para quienes no la conocen o de redescubrir sus realizaciones, indicó.
Las obras del escultor Mario Lazo, están presentes en la cotidianeidad de los vecinos de Maldonado en temas que forman parte del relato histórico del lugar o piezas religiosas.
Hay un profundo contenido popular, dijo. Hay una retrospectiva al pasado inmediato de Maldonado: Cachimba del Rey o El Niño Chasque, permitiendo sumar al relato a la hora del estudio por parte de escolares, estudiantes en general y docentes.
Céspedes, señaló que generó la posibilidad de formar el denominado círculo virtuoso y creativo, en el momento en que los ciudadanos logran empoderarse de esas obras formando parte del rico patrimonio de Maldonado.
Finalmente, hizo notar que sentía la filosofía del arte de manera muy particular. Su hija comentó: cuando tallaba madera solía decir que solo quitaba de la misma lo que sobraba, aludiendo que la forma ya estaba predeterminada y él solo ayudaba a descubrirla.
Vilna Lazo, hija del escultor homenajeado, dijo que fue un día de sorpresas al no tener idea de la dimensión que cobraría el recuerdo del artista. "Sentimos, la huella que él dejó". "Todo lo que movilizó, la manera que arreglaron sus obras en Garzón, en Pan de Azúcar, en la propia ciudad de Maldonado, siendo muy receptivos y amorosos, todo lo cual resultó muy emotivo para nosotros", señaló.
Destacó, que su padre, Mario Lazo, plasmó a los más humildes: lavanderas, obreros de la construcción, deportistas y en su última etapa de la vida las obras religiosas. Si bien, no lo animaba tanto un sentimiento religioso, las piezas surgen a partir de ciudadanos que lo conmovía y lo llevaba a la creación.
Luego hizo mención a una anécdota a partir del Cristo del Cuartel de Dragones. Se hizo con maderas que se extrajeron de la Plaza a partir de su renovación. Durante la dictadura se cortaron magnolias y árboles con cientos de años. "El viejo llevó un tronco y con él se fue al galpón". "Por tres días no supimos de él, sentíamos los golpes, no comió ni durmió", indicó.
A la pregunta de su esposa, si quería un vaso de agua al menos, le respondía, no gracias, 'tengo que sacar todo lo que está sobrando', comentó. "De ahí salió el Cristo que es una belleza, en tres días", manifestó.
Vilna Lazo, entre risas indicó que la genética le salteó a la hora del don, que sí tiene su hermano. Expresó, que criarse en la casa de un artista puede significar tener la cabeza más abierta que los de tu generación. "Ves las cosas desde otra óptica, que por lo general es más avanzada", dijo. "Te da otra libertad, fui una adolescente libre en toda forma de pensamiento, eso fue lo que me dio criarme entre artistas", manifestó.
Finalmente, dijo que desde una madera que no decía nada para el común de los ojos, Mario Lazo, empezaba a sacar con sus brazos y manos fuertes, hasta lograr una obra de arte.
Herbenn Lazo, el otro hijo de Mario, también es escultor y agradeció en la oportunidad el reconocimiento a su padre.
Algunas de las esculturas de Mario lazo se exponen en el propio recinto de la junta departamental.