La esposa de un policía de la Seccional 1ª de Maldonado, cuya casa en el barrio Biarritz de Maldonado fue copada el domingo, contó a FM Gente la espeluznante experiencia que vivió su familia cuando dos individuos ingresaron a la misma. Uno de los delincuentes está detenido y se busca al restante.-
El testimonio de la mujer, cuya identidad prefirió resguardar, es tan claro y preciso, que a continuación se transcribe tal y cómo lo contó a FM Gente este lunes. Sólo se aclara el alcance de algunos términos utilizados en habitualmente en la jerga policial.-
“(Eran) dos individuos; mientras uno apuntaba a mi padre, el otro entraba a mi casa; mi hijo estaba sentado en el living”, comenzó el relato la mujer.
Agregó que el delincuente que ingresó le quitó al niño “la computadora, no es la de la escuela, es la notebook de él; el ‘pichi’ (término que se utiliza en el lenguaje policial para referir a personas que están inmersas en el mundo del delito) se la saca, (y) se va para mi cuarto”.
“Mi marido sale del baño, y ahí se ven cara a cara”, cuenta con algo de suspenso. El detalle de que se ven cara a cara, es aclarado por la mujer, pero tiene que ver con que parte del trabajo policial consiste en memorizar la fisonomía y hasta características del tipo de delitos de los principales delincuentes de la zona en la que trabaja. Esto mismo los delincuentes lo saben, y saben también que cuando se enfrentan a un policía, este no necesita consultar su prontuario para identificarlo y saber precisamente quién es.
“Como (el copador) tiene antecedentes (el marido de la mujer, que es policía) lo reconoció”, explicó. Agregó que “el otro (delincuente) estaba apuntando con un arma a mi padre afuera; el que entró en mi casa no tenía arma; sí empujó a uno de mis hijos”.
La mujer llega a la culminación del relato sin alterar el tono ni el volumen de su voz, como si fuese algo a lo que está habituada: “Cuando (el delincuente) iba saliendo (de la casa), mi marido iba correteándolo sin el arma, el tipo levanta la computadora y la tira del susto; se va corriendo; y el otro (cuando lo ve), le apunta a mi marido”, dice, haciendo una imperceptible pausa.
“Ahí mi marido da vuelta a buscar el arma de reglamento para ir a buscarlos; uno ya está adentro (preso); tienen que ir al juzgado”, remata la mujer con absoluto dominio.