Facebook Twitter WhatsApp

“Nosotros entendemos que anualmente en el 2015, con la tendencia que hay, el déficit sería de unos 65 millones de dólares, aproximadamente”, reveló.

Agregó que “va a depender de a cuánto está el dólar, en la medida que aumenta o baja el dólar este número también cambia, pero más o menos esta es la cifra que manejamos”.

“Con un déficit de 65 millones de dólares”, insistió cuando le preguntaron cómo se imagina recibir la caja, y consolidó señalando que “no creo” que vaya a encontrar algo de efectivo o disponible para gastar, “pero eso es algo que ha pasado en los últimos dos cambios de gobierno por lo menos, antes no sabría decirlo, me dijeron que también había pasado”, agregó.

UN OFF EN ON
“Voy a tirar algo ‘off the record’: ¿Es coherente el cambio de gobierno a mitad de año? Porque el anterior (gobierno) puede haber gastado todo”, advirtió.

De inmediato apaciguó: “Se tendría que discutir, quizá haya mejorado, porque a mí me decía (Ricardo) Alcorta que cuando él entró, en marzo, y le había pasado lo mismo, en aquella época que el intendente entraba antes”, el 15 de febrero.

“Es un tema a discutir este, es interesante; a ver, para que todo el mundo se quede tranquilo, a mí no me preocupa esto, porque es algo que ha pasado siempre, ya lo enfrentamos en una oportunidad, e inmediatamente a las elecciones, al otro día, vamos a trabajar y vamos a poner para que este problema, que es un problema administrativo, se desprenda de la sociedad de Maldonado”, prometió.

Añadió que lo harán para que “nadie se perjudique, que nadie se sienta nervioso por esto; que los funcionarios sientan que van a cobrar el sueldo, que los proveedores van a ser pagados, y que no haya ningún resentimiento de las actividades de la intendencia”.

“Ese es el desafío que vamos a tener nosotros a partir del otro día de las elecciones, cuando Darío sea electo; que la gente se quede tranquila, más allá de cuál sea el déficit, más allá de cuál sea la situación va a haber un equipo trabajando que le va a dar solución a estos problemas inmediatamente”, aseguró.

SIN AJUSTE FISCAL
Mendiburu respondió, con énfasis, “de ninguna manera”, cuando se le consultó si ese déficit en las cuentas públicas de Maldonado supone que el que asuma deberá recurrir a un ajuste fiscal, recortar gastos, aumentar los impuestos, o hacer ambas cosas para enjugar el déficit.

En este punto Pérez lanzó: “Jugamos de memoria nosotros”.

Mendiburu retomó su explicación: “No es necesario (el ajuste fiscal), estos son los seis meses que va a haber, de junio a diciembre, cuando se va a estar elaborando el presupuesto” departamental para el quinquenio.

“Nosotros vamos a trabajar en el presupuesto desde el otro día que sea electo Darío, es más, ya tenemos en mente hasta el equipo que lo va a hacer, es un equipo de funcionarios municipales, que están en la intendencia y que saben hacer esto”, aseguró.

Apuntó que “es más, yo los controlo, entonces es mucho más sencillo de hacerlo porque hasta conocen el detalle; y vamos a empezar a trabajar inmediatamente”, insistió.

“Ahora, es verdad que el presupuesto se va aprobar para el otro año, en esos meses vamos a trabajar como profesionales administrando, como lo hicimos en otra oportunidad”, volvió a prometer.

Mendiburu admitió que las compras públicas siempre deben enfrentar un sobrecosto debido a la cobertura que hacen los proveedores privados para sortear los tiempos de la burocracia estatal para pagar sus compromisos.

Dio el ejemplo, de cuando él estuvo en el área en la Intendencia de Maldonado, de una licitación en la que una empresa constructora pasó una sobrefacturación de casi un 30%.

Dijo que llamó a los empresarios, y les preguntó por qué hacían eso; afirmó que le respondieron que porque la intendencia después les demoraba 60, 75 y hasta 90 días en pagarles.

“Hicimos un acuerdo en el cual yo le pagaba a los siete días, y quedó por debajo al costo de una empresa idéntica en Montevideo”, completó la anécdota. Cerró señalando que la clave es saber tratar con los proveedores, pero haciéndolo siempre teniendo presente la defensa de los dineros que la sociedad les aporta con sus impuestos.