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Corbo explicó en la emisora que para cubrir todas las escuelas de San Carlos se necesitan diez inspectores por turno, de lunes a viernes. Sin embargo, sólo hay cuatro y están asignados a los cruces que se consideran más peligrosos en función del tránsito de escolares y vehículos.

Con ese criterio, los centros cubiertos “a rigor” en San Carlos son la Nº3 en la esquina de Treinta y Tres y Maldonado; la escuela Nº 8 por Alvariza y Reyles y por Ceberio y Reyles; y la escuela Nº 98 en Joaquín Campana y Carlos Seijo. Sin cobertura quedan las escuelas Nº25, 53, 13, 10 y el Colegio de Hermanas ubicado en el centro de la ciudad.

En el caso de la escuela Nº 25, hacia donde se dirigía Micaela Larrea junto a otros niños cuando fue embestida por una camioneta en plena cebra, Corbo precisó que no se adoptarán medidas de seguridad aunque el siniestro “conmocionó” a todos. Tampoco es posible enviar inspectores esporádicamente ya que, en opinión de los expertos, eso podría confundir y generar confianza en los padres en cuanto a que sus hijos están protegidos siempre.

El funcionario argumentó que la cebra ubicada en Rodó y Pan de Azúcar está a tres cuadras del ingreso a la escuela y, según estadísticas del municipio, por allí cruzan unos 15 niños por turno. Esto hace que no sea de las más peligrosas y, ante la falta de personal, se insista en reforzar aquellos puntos considerados de mayor riesgo.

No obstante, el jefe de inspectores dijo que se hará “un seguimiento” del lugar por si es necesario corregir algún aspecto. Recordó, asimismo, que sólo ha recibido dos planteos de personas que antes de este siniestro pidieron funcionarios para el lugar. “Un vecino reclamó más señalización porque un cartel portátil había desaparecido y en octubre pasado se colocaron dos carteles nuevos, de forma permanente, de señalización vertical. A una mamá que reclamó inspectores le sugerí que presentara una nota al concejo pero ese documento no ingresó”, comentó.

En cualquier caso, Corbo sostuvo que el siniestro del lunes pudo ocurrir en cualquier otro paso peatonal de la ciudad donde es “frecuente” que los conductores no respecten la preferencia de los transeúntes. Además, evaluó que si este conductor no vio a Micaela ni a los otros niños que cruzaban, probablemente tampoco hubiera visto al inspector.

Corbo precisó que, en este caso, es “difícil” determinar a qué velocidad iba la camioneta cuando embistió a la niña. Subrayó que dos o tres cuadras antes de esa cebra hay un cartel que establece una velocidad máxima de 45 kilómetros por hora y que en el sentido contrario existe un lomo de burro. “A menos que alguien demuestre lo contrario fue una desatención del chofer que pudo ocurrir ahí o en otra esquina”, opinó.

OPERATIVOS EN LA NOSTALGIA

Por otra parte, Corbo informó que los operativos de seguridad vial en la Noche de la Nostalgia comenzarán sobre la hora 00:00 con una campaña de prevención, informando que luego se harán controles y que quien tenga intenciones de tomar “salga caminando o vaya con alguien que no tome”. Esta actividad se hará hasta las 03:00 y aproximadamente una hora después, en coordinación con la Policía de Tránsito, comenzarán los controles de espirometría.

Corbo consideró que será una actividad “de mucho riesgo” no sólo durante la madrugada. Los actos centrales por la Declaratoria de la Independencia serán en San Carlos en la mañana del 25 y no sería la primera vez que un conductor alcoholizado se lleve por delante una barrera de corte de calles, advirtió. Por eso contarán durante el feriado con apoyo de la dirección de Tránsito de la Intendencia de Maldonado y con voluntarios preparados en la escuela de Tránsito de La Capuera.

El jefe de inspectores también reconoció que continúan trabajando en las mismas condiciones que antes de recibir numerosos ataques físicos por parte de conductores indignados por la aplicación de sanciones. “Los ataques han parado por obra del destino. Si no hay otra iniciativa, como que los inspectores no realicen ciertas fiscalizaciones y las haga la policía, seguiremos expuestos como hasta ahora”, observó.

Añadió que las agresiones verbales hacia los funcionarios “son permanentes y los intentos de agresiones también”. “Muchas veces en medio de un procedimiento hay que llamar a la Policía para calmar los ánimos, aunque no hemos vuelto a tener agresiones físicas”, concluyó.

(foto de archivo: stonek.com)