El juez de 4º, Gabriel Ohanian, envió a la cárcel a 10 integrantes de la banda que realizaba maniobras con tarjetas de crédito de extranjeros para debitarles recargas de teléfonos celulares. Les tipificó los delitos de estafa y asociación para delinquir, al probarse que estaban organizados para perpetrar los delitos. Otras dos personas fueron procesadas sin prisión.
Los 10 procesados con prisión por un delito continuado de estafa y asociación para delinquir son, Richard Ignacio Silvera Cardozo de 21 años, considerado el cabecilla de la banda y quien recibía el dinero por la venta ilegal de las recargas.
Este joven de Maldonado por una red social se interiorizó de las maniobras que realizaban un argentino y un colombiano, y les copió la idea que desarrolló junto a su familia.
También fueron encarcelados su madre, Dolly Mabel Silvera Andrada de 46 años, y otro hijo de la mujer, Fernando Sebastián Silvera Andrada de 18 años, quien salió de la cárcel a fines de febrero por la comisión de otros delitos.
L.D.B.E. de 19 años, novia de Ignacio Silvera, otro hombre de 28 años de iniciales S.T.C., y J.W.E. de 20 años, empleado de un cyber de Maldonado.
Asimismo marchó a la cárcel Germán Conde Reyes de 22 años y su novia C.V.C de 21, ambos radicados en la ciudad de Florida.
Igual destino llevaron G.D.R. de 24 años, sobrino de la funcionaria Judicial de Florida, y J.A.D. de 22, oriundo de Montevideo.
La funcionaria judicial de Florida, A.C.R., fue procesada sin prisión por encubrimiento y deberá cumplir arresto domiciliario total por el término de 90 días.
Esta mujer, con 39 años de carrera y a punto de jubilarse, fue quien avisó a su sobrino de las detenciones y allanamientos que llevaría adelante Investigaciones de la Policía de Maldonado.
Finalmente fue procesado sin prisión otro hermano del cabecilla por reiterados delitos de estafa.
Se trata de E.F.R.S. de 22 años, quien deberá cumplir arresto domiciliario en horario nocturno, durante 60 días.
La operación consistía en utilizar las claves de tarjetas de crédito de clientes de VISA para adjudicar gastos de entre $ 500 y $ 1.000 por recargas telefónicas que eran vendidas luego a particulares a precios sensiblemente inferiores.
Solamente VISA, reportó estafas por unos U$S 100.000 aunque la cifra podría ser superior ya que se siguen recabando datos al igual que en otra administradora.
Las maniobras de obtención de la información de los titulares de las tarjetas de crédito, eran realizadas con la participación de hackers desde Argentina y Colombia, quienes a través de una red de internacional de giros recibían su porcentaje que oscilaba en el 30% del total de las operaciones.
R.A.