El emblemático faro, fundado en 1860, ha sido testigo de momentos clave y sigue desempeñando un rol fundamental en la navegación.
Este sábado, el Faro de Punta del Este celebró 165 años de existencia, una fecha que marca más de un siglo y medio de servicio a la seguridad de los navegantes. El faro, erigido en la Península, ha sobrevivido a lo largo de los años, manteniéndose en excelente estado de conservación. Su luz, que alcanza las 20 millas náuticas, sigue brillando con la misma constancia que al momento de su inauguración.
El proyecto de construcción del Faro fue llevado a cabo por Tomás Libarona, quien presentó la propuesta de erigir varios faros a lo largo de la costa del país en el siglo XIX. El Faro de Punta del Este fue el cuarto de estos faros en ser construido. Libarona utilizó piedra local combinada con “tierra Roma”, una mezcla de cal y ceniza, para dar forma a esta edificación. Su estructura es hueca y alberga una escalera de 150 peldaños, que lleva a la cúpula, ubicada a 25 metros de altura.
A lo largo de los años, el Faro ha sido testigo de innumerables acontecimientos históricos. En diciembre de 1939, desde su altura, los fareros probablemente observaron el combate naval entre el acorazado alemán Admiral Graf Spee y los cruceros británicos Ajax, Achilles y Exeter. Este enfrentamiento marcó una de las primeras victorias importantes para los Aliados en la Segunda Guerra Mundial.
No solo ha sido un símbolo de orientación para los barcos, sino también para los inmigrantes que llegaron a Uruguay desde Europa durante los últimos 165 años. Su luz ha guiado a generaciones de navegantes y viajeros hacia la costa de Punta del Este.
La estructura del Faro ha experimentado modificaciones a lo largo de los años. En 2014, se cambió la antigua linterna incandescente por una moderna linterna LED alimentada por energía solar. Este avance tecnológico forma parte de un proceso de modernización que ha mantenido al Faro al día con los tiempos. Sin embargo, la esencia del Faro sigue intacta. Su sistema de refracción de luz, basado en los principios de Fresnel, ha permanecido fiel a su diseño original.
Además de su función como faro, la edificación alberga una placa que recuerda el acuerdo entre los presidentes Juan Bordaberry y Juan Perón, que estableció el límite exterior del Río de la Plata en 1973. Desde los años 70, el Faro ha sido considerado un Patrimonio Histórico Nacional, convirtiéndose en la primera construcción de la zona en obtener esta distinción.
Hoy es operado por la Armada Nacional y continúa siendo una atracción tanto para turistas como para quienes buscan conocer más sobre la historia del país. Cada mes, el Faro se abre al público para visitas guiadas, permitiendo a los visitantes explorar este ícono de Punta del Este.