Hubo avances en el caso del exjugador de Peñarol, Nicolás Schiappacasse. Puntualmente en cuanto a quién le vendió la pistola calibre 9 milímetros con la que fue detenido y que había sido robada. En tanto, la fiscal Ana Carolina Dean, de Maldonado, no cerró la indagatoria sobre si el arma iba dirigida a un integrante de la barrabrava del club.
“Hay novedades sobre el tema del arma. Pero no puedo dar detalles. Esto forma parte de la investigación”, dijo la fiscal Dean al ser consultada por El País sobre si la persona que vendió el arma ya fue identificada.
La representante del Ministerio Público afirmó que la próxima semana se reunirá con investigadores del Departamento de Violencia del Deporte para intercambiar avances en las indagatorias. Esa unidad policial depende de la Jefatura de Policía de Montevideo.
“La investigación en general avanzó”, enfatizó la fiscal Dean.
Las averiguaciones de la Fiscalía y de la Policía apuntan a obtener pruebas sobre la pistola calibre 9 milímetros que llevaba Schiappacasse en su auto cuando fue detenido el 26 de enero pasado en la ruta Interbalnearia. El deportista se trasladaba hacia Maldonado donde se jugaría el partido clásico entre Peñarol y Nacional.
Las otras personas que acompañaban a Schiappacasse en el auto ya quedaron en libertad.
La detención del delantero mirasol ocurrió a pocos días de registradas dos muertes de hinchas de Nacional y Peñarol, las que tuvieron como autores a barrabravas de los clubes y pusieron en alerta al gobierno en medio de los clásicos de verano.
En una audiencia realizada el 28 de enero pasado, la Justicia dispuso para Schiappacasse una medida cautelar de 90 días de prisión preventiva por los delitos de tráfico interno de armas, receptación y porte de armas en lugares públicos. La prisión preventiva del futbolista, entonces, vence el 28 de abril. De todas formas, la Fiscalía puede pedir una prórroga. Al salir de esa audiencia fue que Dean dijo que “quedó claro que (Schiappacasse) adquirió armas, las negociaba, compraba y las prestaba”.
De los chats extraídos del celular de Schiappacasse surge que este “había recibido previamente el arma hurtada” e “incluso la había portado en lugares públicos” en “diferentes oportunidades”, entre las que se enumeran partidos de fútbol y momentos en que salía a realizar “pintadas relativas al cuadro del que es hincha”. Por otro lado, Dean sostuvo que el jugador había prestado el arma “a otros integrantes de la hinchada de Peñarol en varias oportunidades”.
SU SITUACIÓN
Luego de su detención, Schiappacasse fue alojado durante una semana en un centro de diagnósticos ubicado en la cárcel de Punta de Rieles. Allí se hizo una evaluación de su perfil. Durante ese tiempo no pudo tener ningún contacto con nadie que estuviera por fuera del sistema penitenciario.
Poco después, Schiappacasse fue trasladado a una cárcel modelo en Florida, la que le brinda contención, según dijo su abogada, Karen Pintos.
Hasta el viernes 11 no había recibido visitas de nadie. Ni siquiera de su familia. Solo lo veía la abogada defensora.
En la prisión, el futbolista contrajo covid-19. A partir de ahí fue que tuvo que regirse por el protocolo covid para evitar contagios, entonces ni siquiera lo vio su abogada.
Pintos expresó que Schiappacasse “está muy dolido” por lo sucedido y “muy afectado” por lo que el caso pueda afectar a su carrera de futbolista.
El lunes 14, Pintos dijo al programa “100% Deporte” de la radio Sport 80 que Schiappacasse “está muy mal”. Y añadió: “Cuando salga del protocolo Covid y podamos verlo vamos a pedir asistencia médica por su estado anímico”.
Fuente: EL País