Facebook Twitter WhatsApp

El martes 27 una mujer llamó al 911 para solicitar presencia policial ya que su tío, de 99 años, domiciliado en Carlos Cal y Fernández Chavez, le dijo que días antes había concurrido una persona a su casa y lo había agredido.

La mujer explicó que ella no había podido constatar esa situación y que pensó que el nonagenario se había caído, por lo que decidió instalar cámaras de seguridad en el interior de la casa.

Las cámaras fueron colocadas el 24 de julio y ese día, cerca de las 11.30 horas, se pudo registrar que un muchacho alto, de tez blanca, vistiendo campera deportiva color gris con capucha, había ingresado al domicilio del anciano. Tras amenazarlo, le había propinó golpes de puño y le sustrajo del cajón de una cómoda del dormitorio unos 5.000 pesos.

Asimismo, la investigación pudo establecer que el día anterior también había concurrido a la casa, haciéndose pasar por un amigo, confundiendo al anciano y revisándole toda la casa. En esa ocasión no encontró dinero.

De los registros fílmicos también se constató que Álvarez Núñez concurrió al menos en tres ocasiones a la casa del anciano de 99 años, aprovechándose de su vulnerabilidad.

Fue detenido cuando concurrió nuevamente a la casa, pero lo esperaba la policía, que había montado vigilancia alrededor de la vivienda y el anciano había sido llevado a un residencial.

Declarando ante fiscalía, Álvarez Núñez confesó haber concurrido a la casa al menos en cinco ocasiones y en dos de ellas había agredido físicamente al anciano. Le sustrajo dinero en 4 oportunidades: la primera vez, 11 mil pesos de la mesa de luz, la segunda –a la semana- le sustrajo 80 mil pesos, hecho que es advertido por la víctima y que generó el reclamo del anciano. Entonces, Álvarez Núñez lo agredió, lo empujó y le pisó la cabeza. La tercera vez, una semana más tarde, se llevó de la cómoda del dormitorio 180 mil pesos. El martes 27 Álvarez Núñez volvió a la casa, el anciano lo dejó entrar, pero esa vez no logró llevarse nada.

LA OTRA VICTIMA
El 24 de marzo, otro anciano, de 82 años, llamó al 911 pidiendo la presencia policial ya que Richard Álvarez, alias El Tanque, había ingresado a su casa intentando robarle dinero. Sin embargo, el objetivo no se concretó porque al empujar al anciano, éste gritó pidiendo auxilio y Álvarez huyó. Esta víctima reconoció que el ladrón era el mismo que tiempo atrás le había robado un celular.

El 10 de abril, el mismo anciano de 82 años denunció a la policía que Álvarez había llegado hasta su casa, en horas de la tarde, le golpeó la puerta y él abrió pensando que se trataba de otra persona y así el ladrón vio franqueado el acceso. Una vez con Álvarez dentro de la casa, el octogenario presionó el botón de pánico de la alarma mientras Álvarez recorría las habitaciones, robando dinero, sin poder la víctima precisar cuánto.

La fiscalía estableció que el modus operandi de Álvarez era buscar ancianos y ejerciendo la fuerza lograr hurtos y rapiñas que quedaron evidenciados con los elementos reunidos en la investigación.

Álvarez, asistido por su defensa, acordó el proceso por juicio abreviado y tras la audiencia en la sede penal de San Carlos resultó condenado y sentenciado.