Plazas, monumentos y edificios públicos como la Intendencia de Maldonado o las oficinas del Campus Municipal son algunos puntos elegidos por los “artistas urbanos” para plasmar sus ideas y metáforas. Debido a la importante cantidad de grafiti por las calles, vecinos reclaman y opinan que “ya no se respeta la ciudad”. Es que, la idea de los grafiti es exactamente esa, olvidar el orden público y con sus trazos faltar el respeto al urbanismo.
El tema se vuelve problema cuando ciertos jóvenes toman los lugares públicos como propios pero no solamente mediante la intervención de la infraestructura sino que a través de la violencia verbal o física. Esto le sucedió al fotógrafo Marcelo Umpierrez en la Torre del Vigía mientras tomaba algunas de las fotografías que podemos observar en esta página. “Se me arrimaron varios muchachos molestos porque dicen que esa zona es territorio de ellos”, informó Umpierrez a FM Gente.
¿Qué sucede cuando el arte se vuelve violencia? ¿Se podrá limitar este tipo de expresión? ¿Acaso no nos sentimos aprisionados también por los afiches o pegatinas que se despliegan en muros de casas abandonadas por toda la ciudad? ¿Qué hay de la contaminación visual provocada por la acumulación de cartelería publicitaria, antenas de televisión, cableado y tendido eléctrico, tratamientos de pavimentos, calles rotas?
El grafiti o graffiti (en italiano) es el plural que refiere a pintadas y varias formas de inscripción o pintura, generalmente sobre mobiliario urbano, con o sin el permiso del dueño del inmueble. La expresión grafiti se usa también para referirse al movimiento artístico del mismo nombre, diferenciado de la pintura o como subcategoría de la misma, con su origen en el siglo XX.
En tiempos de conflicto los murales han sido medios de comunicación y de expresión para miembros de comunidades divididas socialmente, étnicamente o racialmente. Los graffiti generalmente tienen reputación como parte de una subcultura que se rebela contra la autoridad, aunque la consideración de los practicantes de estas pintadas diverge. “Grafitiando” se expresan ideas políticas y puede ser utilizado como herramienta de resistencia.
(Fotos: Marcelo Umpiérrez)