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Un chofer-guarda de CODESA que cubría la zona del barrio Biarritz fue sorprendido, en la madrugada del sábado, por un delincuente que le apuntaron con un revólver y le exigieron la recaudación, que a esa hora era de $ 1.500. Remedios aseguró que el trabajador “vivió momentos muy difíciles”, porque además se desplazaba sin pasajeros cuando fue abordado por el ladrón.

Remedios afirmó que los trabajadores de CODESA Maldonado “tienen realmente miedo de ingresar a algunos barrios sin guardia policial”. Recordó que en 2007 y 2008 se había coordinado que los servicios nocturnos entraran a los barrios con un policía a bordo, sin embargo, “por las carencias que tiene la seccional 6ª, que es una comisaría muy movida, justo ese día aparentemente le habían sacado la guardia a los compañeros”.

Este domingo los dirigentes se entrevistaron con el coordinador de seguridad de la jefatura, José Batista, quien aseguró nuevamente la presencia policial a partir de la hora 22. “Quizá no asegure que no nos pase más, pero la experiencia nos marca que con efectivos arriba de los coches no hemos tenido rapiñas”, enfatizó Remedios.

Por el momento no ha habido movilizaciones por este hecho y tampoco están previstas. Por la tarde, el gremio se reunirá con autoridades de la Jefatura de Policía, para repasar algunos detalles de las medidas ya adoptadas. En opinión de Remedios, es difícil sugerir soluciones en tanto la inseguridad en el transporte de pasajeros es “producto de un tema social que se debate en estos momentos en todo el país”.

Explicó que en Maldonado se vende casi el doble de boletos que se vendía hace cuatro años, producto del incremento de la población. Por ese motivo, señaló el dirigente, las unidades van más llenas y abundan los estudiantes que suelen generar disturbios y problemas de seguridad para el resto de los pasajeros. Ese sería el mayor dolor de cabeza para las empresas omnibuseras, ya que las rapiñas “son hechos aislados”.