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Destacó que los últimos días de diciembre y los primeros de enero, Punta del Este desbordó. Las cifras superaron ampliamente los del año pasado. Los números oficiales contabilizaron unas 344 intervenciones, unas 174 asistencias, 153 rescates y 17 niños perdidos.


Curbelo explicó que debido al viento persistente del sector Este y Sureste que se registró durante la temporada, los guardavidas han tenido un trabajo “muy complicado” ya que todas las playas se vieron afectadas.

Consultado sobre los principales problemas que enfrentan, sostuvo que “la gente no hace caso a las prevenciones”. Y agregó: “Eso te lleva a tener roces”. Señaló que el tema de la bajada con perros a la playa “está muy complicado”, los guardavidas solo pueden indicarle a la persona que no puede estar con una mascota, pero no pueden retirarlos de la playa. También han tenido inconvenientes con quienes practican Kite Surf en las zonas habilitadas para baños.

Curbelo señaló que, si bien hay gente educada que llega a la caseta y pregunta ante alguna duda, también ocurren estos inconvenientes. Relató que surgen muchas situaciones con niños pequeños y sus padres, que no escuchan a los guardavidas y los increpan. “De esas situaciones hay millones, lamentablemente”, dijo.

Aspiran a que el tema sea llevado a la Junta Departamental y se creen normativas municipales. La idea es que Prefectura pueda sancionar. Este año colocaron cartelería en la zona de la Playa Brava y Mansa, señalizando y explicando lo que puede ocurrir.

Consultado sobre el vandalismo a las casetas, señaló que se redujeron. Años anteriores fueron prendidas fuego muchas de ellas. Comentó que la playa de Isla de Lobos es “bastante complicado” ya que es una zona de circulación de motos de agua y yates.