El secretario general de la Intendencia de Maldonado y miembro del Comité de Emergencia Departamental, Gustavo Salaberry, informó a FM Gente que una obra que se está haciendo rompiendo dunas en José Ignacio es una “urgencia” a causa del mal tiempo, para desagotar agua que quedó estancada en un fraccionamiento del lugar.
Salaberry aseguró que si bien la obra emprendida por particulares está actualmente bajo control y autorización completos de las autoridades del caso, deslizó que los agentes privados que la emprendieron lo hicieron sin correr las autorizaciones ni los avisos del caso, lo que podría derivar luego en eventuales sanciones o multas.
El funcionario fue enfático en señalar que el desagote del agua estancada en la zona del fraccionamiento, se convirtió en la urgencia del momento, se actuó y se sigue haciéndolo, para tratar de resolverlo antes que nada.
ALARMA Y AVISO
El coordinador de los guardavidas de la zona, Daniel Tadeo, confirmó previamente en entrevista con FM Gente que el guardavida de José Ignacio que atiende el puesto de Playa Brava más cercano a Rocha, fue el que advirtió primero la situación y lo informó de inmediato a sus superiores.
“Resulta que el guardavida constata que hay unas máquinas cortando el médano, aproximadamente haciendo una canaleta de cuatro o cinco metros y de unos 35 metros de largo, para qué no se sabe, si es por desagüe” u tiene otra finalidad, contó.
Agregó que “el guardavida ve la situación y denuncia a la base nuestra de operaciones, y ahí seguimos el trámite interno nuestro, avisamos a la dirección de Higiene (de la Intendencia de Maldonado), y también se habló con Pablo Núñez, el oceanógrafo de la dirección de Higiene”.
“Eso ya se ve que escapa un poco más a lo nuestro y está a nivel ministerial; y se denunció a la Dinama (Dirección Nacional de Medio Ambiente)”, reveló Tadeo, sugiriendo que a medida que avisaban se fueron dando cuenta la magnitud del tema.
Por las dudas dijo que “nosotros ya deslindamos responsabilidades porque nuestra tarea es más que nada la vigilancia de las costas”. Según Tadeo, los guardavidas hicieron las denuncias el miércoles 12 de febrero.
BAJO CONTROL PERO NO AL PRINCIPIO
Salaberry dijo que “hay un planteo que a nosotros nos llegó vía telefónica el domingo pasado (9 de febrero), en la tarde”.
“Se comunican de ahí, del Club del Mar con nosotros; habían tenido una comunicación con el Municipio de Garzón, porque requería una autorización de Dinama, el municipio no lo pudo resolver”, atropelló al recordar los pasos iniciales.
Añadió que “el lunes estuvieron viendo el lugar gente de (la dirección de) Obras (de la intendencia), y el ingeniero sanitario de la intendencia”.
“Hay dos tareas diferentes, una es que sobre la duna hay que darle salida a aguas, algunas de pluviales, pero pueden estar contaminadas por aguas de saneamiento que ya llevan varios días y que están produciendo un foco de infección en el lugar”, explicó la urgencia.
Contó que “sabemos que si bien la empresa entró en un principio a hacer cosas sin autorización, cosa que estaba mal, que los guardavidas denunciaron, y eso está muy bien, se detuvo (la obra) con el sistema inspectivo”.
“Bueno, hoy hay que resolver la situación, más allá de que le caiga una multa a la empresa después por lo que hizo”, y por eso se le dio orden de continuar, afirmó.
RECOMPONIENDO DESPUÉS DEL TEMPORAL
Salaberry siguió contando lo ocurrido desde la visión del miembro del Comité de Emergencia tras los temporales que soportó el departamento: “Nosotros entendíamos que, después de haber atendido en primera instancia a la población más vulnerable y todas esas cosas, hay que recomponer todo el departamento”.
“También hay que recomponer aquellas cuestiones privadas, que si bien se tienen que hacer a costo de los privados, necesitan una autorización”, dijo.
Apuntó que el Comité de Emergencia, a los efectos “de tener una actuación rápida en este caso, nos hicimos cargo de la situación, hablamos con Dinama, consultaron al propio director nacional, nos autorizó realmente con tal de que nosotros supervisáramos la obra y nos hiciéramos responsables”.
“Es así que se coordinó, se avisó al Municipio de Garzón de la acción del Comité de Emergencia, se coordinó con el oceanógrafo que tiene la intendencia, Pablo Núñez, para que indicara por dónde era el menor daño a la duna”, avanzó en el relato de lo que ya luce como una situación controlada.
Explicó que “esto se abre (la vía de desagote), se desagota, y después se cierra; y le vamos a pedir a este fraccionamiento, que es de 1991, que plantee un plan de manejo de agua como lo debería hacer un fraccionamiento moderno, por la ley de ordenamiento, y todas esas cosas”. “Pero había que resolver la emergencia”, concluyó.