El documento de compra será suscripto el próximo viernes 30 de diciembre, entre representantes de la familia de Haedo y el Banco de la República Oriental del Uruguay. Allí funcionará un centro cultural regional.
A partir del 30 de diciembre, La Azotea de Haedo pasará a formar parte del acervo público, ya que ese día se firmará el documento de compra de la histórica propiedad, entre el Banco República y la familia titular del bien.
Aunque aún no se confirmó la hora del acto, será en la propia Azotea de Haedo, con la presencia del presidente del BROU economista Fernando Calloia y el Intendente de Maldonado Óscar De los Santos, entre otras autoridades.
Según se informó desde la intendencia de Maldonado, la intención de las autoridades del BROU, es “utilizar este lugar como centro cultural regional, preservando el espíritu y respetando su historia, en coordinación con instituciones y fuerzas vivas del departamento”.
LARGO ANHELO
La compra de este bien, se concreta luego que meses atrás, se conociera la intención de la familia de vender el bien, lo que generó una gran preocupación tanto en el ámbito público como en el privado.
La decisión del Banco República ha sido bienvenida porque permitirá preservar el lugar que forma parte de la historia departamental y nacional por quien fue su propietario y otros hechos que se sucedieron allí.
La Azotea fue creada por el ex-presidente uruguayo Eduardo Víctor Haedo, a fines de los años 50 como un centro de expresión artística y cultural, conservándose idéntica desde su fallecimiento en 1970, gracias al amor y esfuerzo de su hija Beatriz Haedo Llambí.
Desde su época de Ministro de Instrucción Pública a los 33 años, Haedo fue un decidido impulsor de iniciativas culturales. Estableció la Ley de Derechos de Autor, creó el Salón Nacional de Bellas Artes, la Facultad de Humanidades, los Cursos Sud-Americanos de Vacaciones y museos del interior del país entre otras importantes iniciativas.
Ante la falta de espacios culturales en la Punta del Este de los 50, quiso que su residencia fuera un ámbito de encuentro de artistas y escritores, personalidades públicas, políticos y personalidades que contribuyeran a la proyección internacional del balneario y la ciudad.
La casa principal responde al típico estilo del campo rioplatense, así llamadas por su característico mirador que da el nombre a la propiedad. Fue construida por el arquitecto Alberto Ugalde.
El arquitecto boliviano Javier Querejazu diseñó la capilla y el anfiteatro. La capilla, erigida en memoria de su madre, tiene forma de carreta y está realizada con ladrillos, piedras, madera y paja de procedencia local.
Está presidida por una gran imagen de la Virgen María bajo la advocación “Nuestra Señora del Este”, obra del escultor Javier Nieva.
A ambos lados del altar se aprecian dos paneles constructivos con óleos de Horacio Torres, y el baptisterio, que cuenta con una pila bautismal suspendida, presenta un Cristo en bronce, obra del escultor Pablo Serrano sobre el mural de José Echave.
En la parte exterior del baptisterio, hay un mural de Glauco Capozzoli, denominado “La Virgen Hilandera”. A cada lado de la entrada se observan dos magníficos óleos de Miguel Echauri: “La Anunciación”, y “La Sagrada Familia”. La pared que corona las gradas del anfiteatro, posee una gran pintura mural de Glauco Capozzoli, sobre una parábola de José Enrique Rodó, “La respuesta de Leuconoe”.
En el parque se encuentran esculturas de Antonio Pena, Javier Nieva, José Luis Zorrilla de San Martin, Edmundo Prati, Pablo Mañé, León Pilet, Enrique Fernández Broglia, Eduardo Yepes y Angel Zanelli, entre otros.
En el denominado “Rancho Grande” obra del Arq. Elías Ciurich, se conservan testimonios de ilustres visitantes de “La Azotea”, así como cuadros y recuerdos de su vida política.
Se utiliza para conferencias, presentaciones de libros y diversos actos culturales. Pueden apreciarse óleos de importantes artistas americanos así como otros de la autoría de Haedo, testigos de la actividad plástica que desarrolló en los últimos años de su vida.
Su taller se conserva tal como lo dejó, en la parte baja del edificio conocido como “El Conversatorio”, por ser el sitio predilecto de infinidad de conversaciones políticas nacionales e internacionales.
Por la Azotea de Haedo desfilaron poetas y escritores de la talla de: Juana de lbarbourou, Jorge Luis Borges, Pablo Neruda, Rafael Alberti, Alberto Zum Felde, Leopoldo Marechal, Carlos Real de Azúa, Ernesto Sábato, Femán Silva Valdez, Olga Orozco, Ángel Rama, Manuel Mujica Láinez, Clara Silva, Arturo Jauretche, Silvina Bullrich, Osiris Rodríguez Castillo son sólo algunos de los muchos escritores y poetas que fueron huéspedes o pasaron por esta casa. Muchos de ellos han dejado versos o escritos dedicados en el Libro de Visitas.
Un magnífico parque con diferentes especies de plantas y árboles completan el entorno de este tradicional y conocido lugar.
Foto: minube.com